Fotografía de tres caras


 Casi con 200 años acuestas, la fotografía, o mejor dicho, las imágenes que en principio tuvieron un origen fotográfico, se han convertido en nuestro principal acompañante. Conforme se fueron definiendo los diferentes actores que hicieron posible la factibilidad y operación de este instrumento, se le fueron atribuyendo las funciones que, según el momento que se estudie, se pensó mejor llevaría a cabo. 

 La primera y más básica a la que se entregó –y entrega--fue la de fijar, conservar, distintos momentos de la marcha del tiempo de la que ninguno se salva. Estas imágenes que nos permiten recordar no son otra cosa que una representación de la realidad, por lo que también se podría decir que la función original de la fotografía ha sido y es la reproducción de la realidad, ser un testimonio de ella, una declaración sobre cómo es.

 A esta función se le ha dado un uso diverso, así como distintas interpretaciones. Al ritmo que fue cambiando la sociedad en su conjunto, también lo fue haciendo, digamos el ecosistema de la fotografía y, esta, su primera función, era lógico que también se fuera transformando, por lo que reflejar o reproducir la realidad ya no es suficiente hoy en día, es más, se podría decir que se espera haya mutado en consonancia con su comunidad y que, por tanto, se espere mucho más de ella. 

 Hasta donde se puede ver, la fotografía que reproduce la realidad o lo que pensamos es la realidad, ha marchado por dos caminos, uno, que podríamos llamar, creacionista, y otro, sustitutivo. Recordemos que estos cambios son tanto una respuesta a lo que sucede en su medio, como al desarrollo técnico-científico del aparato. Entre los primeros, los criterios de verdad y certidumbre, en los segundos, los relativos a la generación y tratamiento de las imágenes. 

 El recién atentado en contra del Sr. Donald Trump en los Estados Unido, nos brinda un incomparable escenario para entender esta evolución. Las primeras imágenes que captaron el instante en que a bala golpea la oreja del expresidente constituyen, la reproducción de la realidad que se vivió en ese momento. La fotografía, así tal cual, nos informaría de lo sucedido, nos ayudará a recordar cómo fue. La siguiente serie de imágenes que se han mostrado, en donde se incluyen nuevos y más dramáticos acercamientos, atrevidas composiciones con los miembros del servicio secreto esforzadamente cubriendo al personaje, forman parte de esa segunda vía seguida por la fotografía, es decir la creacionista, que al mostrar ángulos, poses y conductas en las que uno difícilmente repararía, crean y expone otra realidad en la que se llevó a cabo ese mismo acontecimiento. Finalmente, las imágenes que muestran a Trump con el puño alzado mientras recibe los primeros auxilios, con la bandera ondeando por detrás de la víctima sangrienta, por la del hombre que aun en su estado se dirige a sus seguidores, representan la tercera vía que toma la fotografía hoy en día, esto es, no solo modifica la realidad, mejor aún, sustituye esas primeras imágenes del atentado, por otra realidad que es la de héroe inmaculado. 

 El problema consiste en que hasta el momento, para la gran mayoría de nosotros, los tres tipos de imagen son indistinguibles entre sí, pues parten de la misma realidad.

Publicado en Milenio Diario
Imagen: lanacion.com.ar

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