Hecho en LA
Como algunos recordarán, el pasado 28 de marzo el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, MARCO, puso a disposición del público una muestra de la Colección de arte Ella Fontanals-Cisneros (es el nombre de su fundadora); en esta ocasión le antepusieron el fragmento Diálogos. Artistas mujeres en la Colección… para completar no solo el título de la selección que se exhibe, sino también para hacer más explícito el contenido de la misma: trabajos, pintura, fotografía, instalaciones, escultura, realizador por mujeres y en especial mujeres latino americanas.
Hace años, cuando tuve el gusto de coordinar el módulo Arte de la maestría en humanidades de la Universidad de Monterrey, y aunque esté mal que lo diga yo, un extraordinario proyecto académico liderado por Alejandra y Mónica Rangel Hinjosa, abrió la oportunidad de traer a trabajar a la Universidad, por periodos cortos, a un número significativo de académicos nacionales e internacionales, con los que se complementaba la formación de los alumnos e incluso llegaron a dirigir sus trabajos de titulación. Una de las personas con la que me tocó convivir con mayor frecuencia, fue la Dra. Andrea Giunta, especialista argentina en Arte Moderno y Contemporáneo Latinoamericano.
Muchas fueron las conversaciones que sostuvimos sobre estos temas y, por supuesto, el papel de la mujer en su creación. Uno de los puntos en que llegamos a coincidir es que el arte moderno y contemporáneo de LA, estaba muy lejos de la imagen de subordinación, derivado o deudor, del arte norteamericano de postguerra o del europeo tomado, por ejemplo, desde la aparición de las vanguardias, como se ha querido promover. El arte LA del siglo XX no solo es independiente del de otros sitios, sino que lleva a cabo una lectura inteligente de aquellos y de su interpretación nace una de las aportaciones más interesantes y ricas que haya hecho nuestra producción al arte universal, me refiero al OP art, versión sudamericana y principalmente al arte cinético. Aclaro, no es que sean inventos nuestros, que fuera de las manos y sensibilidad de los artistas de LA nunca se hubiera visto, no, eso no es verdad, lo que sí digo es que en nuestro continente el cinetimo, encontró y ha encontrado sus mejores y más trascendentes ejecuciones.
Estas observaciones, que creo describen bien una parte de la historia del arte en LA, pueden complementarse con una rápida lectura de la Colección FEMSA (que, por cierto, es tan rica y completa como la que estamos comentando). Los ejemplos, en el sentido de que nos proveen ambas muestras son más que suficientes para entender la importancia que estas prácticas tuvieron sobre arte del siglo XX en general.
Más que coincidentemente, lógicamente yo diría, la otra parte de las discusiones que sostuve con Andrea se refiere a la presencia importantísima de las mujeres en la creación de este arte nuestro. Ya fuera como creadoras (se tendría que hablar de las migrantes), maestras, promotoras, coleccionistas o críticas, su papel destaca al haber logrado –sobretodo las de LA—una cierta independencia en un medio ambiente aún dominado por hombres e instituciones patriarcales y al mismo tiempo, y por contradictorio que parezca, recibir los apoyos necesarios para continuar con su labor.
Finalmente. Uno de los temas que más llamó mi atención, fue el de la presencia de la pintora Carmen Barrera (homónima de Carmen Marín, Directora del extinto museo de Monterrey), de paso por nuestra ciudad. Sorprendente porque ni yo ni nadie que conozca y se dedique a estos menesteres lo había
mencionado con anterioridad. Así que hasta para corregirnos la plana ha venido a servir esta exposición. Si es así, esta y todas las que se le asemejen sean bienvenidas.
Publicado en Milenio Diario.
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