Punto de luz


 

Hace unos días, con la seriedad de quien sabe la importancia que poseen ciertas cosas, Juan José Cerón, nos sorprendió con la invitación a una exposición que llevó el lacónico título de 1996. Se trató de una exposición fotográfica, realizada, en efecto, ese año, el 13 de septiembre, en la Estación Cuauhtémoc del entonces aún muy nuevo Metro de Monterrey (la primera línea fue inaugurada en 1991). La exposición fue organizada y tuvo la participación de Punto de Luz, quizás una de las primeras agrupaciones autónomas de fotógrafos en la ciudad, más allá de lo que quedaba de la Sociedad Fotográfica de Monterrey, que fue apagándose de vieja. 1996 contó con la participación de Erasto Carranza, Juan José Cerón, Joaquín Garzafox, Eduardo González, Julieta Leal Domínguez. Rodolfo Maldonado, Marcos Méndez y Roberto Ortiz Giacomán, todo ellos fotógrafos profesionales (que vivían de la fotografía o alguna de sus variantes) de la ciudad. 

 La importancia de lo anterior radica, a vuela vista, primero, en lo ya dicho, respecto a ser una de las primeras asociaciones de este tipo en la ciudad, cuando apenas se empezaba a dar cierta apertura a la fotografía como manifestación creativa o instrumento de expresión. Unos pocos años antes, a esos mismos fotógrafos se les negaba la entrada a la legendaria APNAC (Asociación de la Plástica de Nuevo León, A.C.) por considerar que su quehacer no pertenecía al campo de las artes. El rechazo de sus pares y la negativa de las galerías y otras instituciones a presentar su trabajo los orilló a llevar a cabo este tipo de acciones. En este punto hay que hacer algunas anotaciones. La Casa de la Cultura de Nuevo León, fundada a principios de los años 70, presentaba eventualmente exposiciones de fotografía local, y en la revisión anual que llevaba a cabo, el, Resumen de la Plástica, se invitaba a fotógrafos que hubieran estado en activo ese año. Ya había abierto sus puertas al público la galería Collage, que en principio se anunció como exclusiva para la fotografía. Y lo más importante de todo, 1996 es el año en que se lleva a cabo la exposición Monterrey en 400 fotografías en el museo Marco de esta ciudad. Esta, sin duda, debe considerarse la muestra madre de todas las exhibiciones de fotografía en la ciudad, por ser la primera en identificar y dar a conocer la riqueza de una historia que se remonta a fines del siglo XIX, y por no olvidar la importancia del presente e incluir en entre esas 400 imágenes a un grupo de fotógrafos contemporáneos, con lo que tácitamente se admitía a la fotografía en el seno de las Bellas Artes. 

 Otro aspecto importante que se desprende esta invitación es el lugar en donde se llevó a cabo, creo que, con el beneplácito de todos ellos, por acercarlos a un público con una sensibilidad diferente para la fotografía. Quiere decir, además, que se aprovechaban todos los espacios y no estaban a la espera de ser atendidos por las galerías públicas o privadas, su primera intención, siempre fue dar a conocer su quehacer. Con todas las limitaciones del caso y con la ausencia de presupuestos para estas actividades, la exposición cumplió sus objetivos, es una lástima que salvo dos o tres eventos más de este tipo, se cancelara el programa de exhibiciones en las estaciones del Metro. Algo que habrá que estudiar con más detalle y atención, es la procedencia de estos ocho fotógrafos. Prevalecen los que provenía de las filas del Fotoperiodismo (Cerón, González, Leal Domínguez), les siguen lo que actuaban preferentemente en el campo de la educación (Garzafox, Maldonado, Méndez); y en menor proporción los que venía de la producción industrial, comercial o publicitaria (Carranza, Ortiz Giacomán). Que no hubieran tenido más que dos o tres más actividades en conjunto, quizás se explica por esta variedad de intereses y enfoques hacia la fotografía, diríase que lo único que los unía, además de la amistad, era su interés por exponer. De esta característica hay que subrayar la presencia de Julieta Leal D. quien con actividades con esta se convierte en punta de lanza para la ahora mayoritaria presencia de las mujeres en los diferentes campos de la fotografía. 

 De los ocho participantes, solo uno, Marcos Méndez, ha dejado a un lado la práctica fotográfica, los otros siete, mal que bien, han continuado, en el medio con el que han alcanzado un reconocimiento público. Tres años después de esta exposición, es decir, en 1999, cerrando el siglo XX, cinco de los integrantes de Punto de Luz, Marcos Méndez, Julieta Leal, Rodolfo Maldonado, Joaquín Garzafox y Juan José Cerón, se embarcaron en la aventura de abrir una galería en el centro de San Pedro, dedicada a la fotografía, Tierra de luz se hicieron llamar en esta ocasión. Desgraciadamente, la incomprensión de los vecinos los empujó a su debut y despedida. El destino que parece perseguir a la fotografía en Monterrey.

Publicado por Milenio Diario
imagen: culturacolectiva.com

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