El pasado fantasma




 Aunque mucho de quiénes somos, individual y colectivamente, nos proyecta hacia el futuro, son más las cosas y acciones que hacemos que nos atan al ayer, quizás si ser del todo conscientes de esta situación, estamos, nos guste o no, más relacionados con el pasado. De hecho, nuestro conocimiento del pasado nos auxilia en la planeación del futuro y no cabe duda de que se aprende de los errores del pasado. 

 No solo conocer el pasado, sino estar con contacto con él, nos ha llevado a instituir la Historia, digamos la forma oficial de indagar en el pasado, pero también a abrir museos, bibliotecas, levantar monumentos y designar días oficiales para recordar al pasado y sus actores; precisamente, el Día de Muertos (como se le llama en México), es uno de esos días, como lo son el día de la Independencia, o el natalicio de Juárez. 

 Pero una cosa es querer conocer y aprender de lo ya acontecido y otra, muy diferente, es desear hacerlo, pero directamente con quienes vivieron o escenificaron hechos o sucesos que han tenido lugar en el tiempo. Esto es, exactamente, lo que pretende el Espiritismo. Aunque esta tendencia es muy antigua (se remonta a los albores de la civilización) el Espiritismo moderno posiblemente nace en 1848 con las historias de las hermanas Fox, Maggie y Kate, que relataban como se comunicaban con el fantasma o espíritu de un hombre que había sido asesinado en su casa años ante en Hydesville, Nueva York. Estas creencias y la serie de informes que fue creciendo en torno suyo tuvo un notable incremento después de la Guerra de Secesión (1865) y, como era de esperarse, pasada la Gran Guerra y la plaga de la Gripe Española (ambas en 1918). Interés que se explica por la cantidad de muertos que causaron estos eventos y el deseo de los vivos por mantenerse en contacto o saber del destino y condiciones de quienes habían fallecido de ellos. 

Este interés, manifiesto de diferentes maneras –una de las cuales veremos más adelante, con la fotografía—tuvo, igualmente, consecuencias diversas, una de las más curiosas, me parece a mí, fue el rompimiento de la amistad entre Arthur Conan Doyle, ferviente creyente en la existencia de los espíritus y Harry Houdini quien dedicó parte de su vida y carrera a desenmascarar y denunciar fraudes cometidos por supuestos mediums. El coralario de esta historia fue que Houdini ideó con su mujer una sofisticada clave para ser reconocido por ella en caso de ser invocado en alguna reunión espiritista. A lo largo de 10 años su esposa convocó a este tipo de reuniones sin obtener respuesta alguna, lo interesante es que estas reuniones siempre las celebró el día de Halloween. 

 No es de extrañar que siendo considerada un medio, una máquina, destinada a captar objetivamente la realidad, sin intervención humana, se llegara a pensar en que igualmente podría reproducir lo que le estaba negado al ojo común y corriente, captando, por ejemplo, imágenes fantasmales. Esta idea, asociada a la creencia en el Espiritismo, dio y da lugar a una serie de imágenes, más o menos ingeniosas, que buscan demostrar la existencia de esas presencias, ya sea, efectivamente, como seres fantasmales, translucidos o evanescentes, personas u objetos levitando o como descargas controladas o desbordante de fluido ectoplásmico que brota de nariz y boca del espiritista en turno. Uno de los más famosos pero que terminaría encarcelado y en ruina total fue el norteamericano William Mumler, autor de la famosa fotografía en donde aparece la esposa del fallecido Abraham Lincoln, custodiada de cerca por el fantasma del presidente. 

Roger Ferrer Ventosa, investigador catalán, en uno de sus trabajos (Fantasmas que no hacen temblar. La fotografía de espectros como influjo creativo. Universidad de Girona. Communications Papers) traza, a través del Surrealismo y otros movimientos Modernos, como el interés por este tipo de fotografía se cuela por entre los recursos a los que tienen acceso los fotógrafos. Se pregunta cómo es que siendo un tipo de fotografía tan popular ha sido tan poco atendida por la academia. Una pregunta que puede ser replicada, junto con tantas otras, en nuestro medio, aunque, quizás, su repuesta mueva a miedo.

Publicado en Milenio Diario
Imagen: cronista.com/españa/actualidad

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