Fotohistoria
David Alfaro Siqueiros (?) Estudio para Nuestra imagen actual. 1945 |
El único deber que tenemos
con la historia
es reescribirla.
Oscar Wilde
Hace unos días conversando con la Dra. Rebeca Monroy Nasr abordamos, no podría ser de otra manera, el tema de la Fotohistoria o historia de la fotografía, dependiendo de cómo se le quiera ver. Dentro de lo mucho que me comentó, un asunto que vale la pena destacar es cómo, en nuestro país, los primeros en preocuparse no sólo por la historia, sino por la potencialidad de la fotografía, fueron los mismos artistas, pintores y escultores, postrevolucionarios.
Un ejemplo típico sería la publicación de Enrique Fernández Ledezma La gracia de los retratos antiguos de 1950, en donde más con un afán de aprehender el espíritu de la época que de hacer historia, el pintor recupera una serie de retratos de fines del XIX y principios del XX que después serán clave para la identificación de autores y el periodo en que estuvieron activos.
Otros dos casos emblemáticos serían los de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. De Diego sabemos que su interés por la fotografía sí fue más histórico y antropológico por lo que creía encontrar de mexicanismo o nacionalismo, en ciertas imágenes sobre todo las de tipo indigenista y/o costumbrista. No es tampoco desconocido que en más de una ocasión se valió de la fotografía para la realización de sus obras, los retratos en particular. En el caso de Siqueiros es más evidente su acercamiento a la fotografía, tomada por una herramienta más al servicio de la creación, en su caso, lo mismo de la obra mural que la de caballete. Tan sólo mencionemos, entre otras, la serie de fotografías hecha para la realización de la potente Nuestra imagen actual de 1947. Que, por cierto, podría ser que a la distancia encuentra su propio eco en la famosa fotografía que Héctor García le tomara tras las rejas de Lecumberri en 1960. (Sobre Siqueiros hemos de volver en breve con motivo de su exposición en el Museo de Historia Mexicana).
Igual interés por la historia de la fotografía, aunque no sólo por la de México sino por la universal encontramos en la colección iniciada por Don Manuel Álvarez Bravo, que, posteriormente fue recogida y continuada por la Colección y Archivo de la hoy Fundación Televisa. Igual trabajo se hace, aquí sí solo que con fotografías históricas con el tema de México, en la Fundación Arte y Cultura de Ricardo Salinas Pliego, y mutatis mutandi es la valiosa colección de fotografías que logró conjuntar en vida Francisco Toledo y que hoy día se resguarda en el Centro Fotográfico Álvarez Bravo en Oaxaca que por cierto acaba de cumplir 25 años de haber sido fundado. (también sobre esta colección habremos de regresar en breve al glosar la muestra Lu Biaani, Francisco Toledo y la fotografía a inaugurarse próximamente en la Fototeca del estado).
Así pues, lo que acabamos ver sería una de las vías por medio de las cuales se ha ido escribiendo la historia de la fotografía en México, pero no debemos confundirla con lo que es la Fotohistoria, digamos, otro camino que lleva a escribir diferentes facetas de las muchas que puede tener una fotografía; pensemos, simplemente, que una imagen se presta a ser tratada lo mismo a través de la historia de la fotografía, que, de la historia de las mentalidades, o de la historia social. En resumen, la Fotohistoria no es otra cosa que la historia contada a través de una o varias fotografías que nos muestran o ilustran un cierto tema, sin tener que detenerse o citar aspectos singulares de esa fotografía en particular.
En el ejemplo que he citado anteriormente de Siqueiros en Lecumberri, si escribiéramos sobre la historia del reclusorio, a quiénes llevaban ahí, las causas por las que se encarceló al pintor, estaríamos haciendo Fotohistoria. Pero si en lugar de eso, hablamos de cómo esta imagen se inserta dentro del trabajo de García, cómo fue tomada, en qué situación, que otras imágenes del mismo autor se pueden relacionar con esta, qué aporta a la historia de la fotografía en México y en especial al fotoperiodismo, entonces hablaríamos de Historia de la Fotografía.
Ninguno de estos enfoques o cualquier otro, substituye a cualquier otro, cuanto más se pueden complementar. Como sea es responsabilidad del investigador dar a cada fotografía el lugar que en ese momento cree es a donde pertenece.
Publicado en Milenio Diario
Imagen: X.com/cultura.mx
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