Constructivismo tropical.

David Alfaro Siqueriros. Vida y obra de Dn. Ignacio Allende. 1951. El Nigromante, San Miguel de Allende, Gto.




 

A la memoria del gran fotógrafo holandés Erwin Olaf (1959-2023) 
 QEPD

 El arte de la pintura fue gravemente desviado por el cuadro de caballete, bajo la influencia de la escuela de París y, debe volver a continuar la gran tradición. David Alfaro 

Siqueiros 

 Ni remotamente soy el primero en pensar y afirmar que de los tres grandes muralistas del México moderno, David Alfaro Siqueiros (1896-1974) fue el único realmente revolucionario y cuando lo digo lo mismo pienso en su pintura (mural y de caballete), que en su concepción del arte, y su activismo político que, cómo sabemos, en más de una ocasión lo llevó tras las rejas.

 Parte de su trayectoria, siguiendo estas tres líneas de acción, es posible conocer en la muestra David Alfaro Siqueiros. La construcción de lo público, inaugurada el pasado día 13 en el Museo de Historia Mexicana, producida por el equipo del Proyecto Siqueiros Sala de Arte Público (SAPSLT) en sus dos sedes, la de la Cd. De México –Sala de arte Público, Siqueiros—y la llamada Tallera (su taller en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, convertido en centro cultural). La ingente cantidad de documentos albergados en estos dos espacios, más la obtenida en otros archivos y colecciones, hacen posible reconstruir con bastante exactitud las pretensiones del pintor. No obstante, hay que aclarar que con todo y lo correctamente montada que está la exposición, si no se tienen más antecedentes sobre el pintor, su obra y pensamiento, difícilmente puede resultar atractiva para el público en general, ya que se puede decir, es una exposición gris (mucho documento, esquemas, fotografía de época, es decir, en blanco y negro, textos de sala muy largos, etc. Aun así, creo que difícilmente se podría encontrar otra vía para mejor exponer el material que se pretende dar a conocer). 

 Por otra parte, recordemos que esta no es la primera vez que se llama la atención sobre el carácter innovador del pintor de Camargo, en 1995, en la Kunsthalle de Dusseldorf. Alemania, presentó la controvertida exposición Siquieros-Pollock/Pollock-Siqueriros, en la que se sacó a la luz, una vez más, la influencia que Siqueiros tuvo sobre el norteamericano, no solo en el famoso dripping, sino en toda la actitud experimental que caracterizó al Expresionismo Abstracto, por lo menos en una primera fase. 

 Lo que Siqueriros si no fue el primer artista latinoamericano, en recurrir a la geometría como base para la obtención de un lenguaje plástico, objetivo, dinámico y público que se adaptara a la experienca del espectador. Tenemos, por ejemplo, a Joaquín Torres-García con su Constructivismo Universal y su debida continuación en la Escuela del Sur, pero también algunos de los geometristas mexicanos con Carlos Mérida a la cabeza o Mathías Goeritz. Todos, se podría decir, forman parte de una tradición en la que se entremezclan las experiencias futuristas, las neo plasticistas, las del arte concreto (de gran influencia en Brasil y Venezuela) y por supuesto las Constructivistas soviéticas. Y ahí es, en esta amalgama de pensamientos en dónde podremos encontrar, a mi parecer, el origen del proceso creativo de Siqueriros.

 ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Lo mismo podríamos preguntar sobre el pintor, ¿qué fue primero su adoctrinamiento ideológico-político o su concepción de un nuevo arte público? A la hora de tratar de entender qué fue lo que hizo y por qué lo hizo de tal manera, es imposible separar una faceta de la otra. Su rechazo a la Escuela de París, como lo expresa en el epígrafe que abre estas líneas, se debe a que con ella entra de lleno la concepción burguesa-individualista del arte, trátese del pintor, del espectador o el galerista. Como Diego Rivera, desean regresar a un Renacimiento primitivo, en donde, efectivamente, lo que se pintaba era con carácter público, social; pero mientras Rivera se contentó con una “actualización” de las técnicas renacentistas, Siqueiros fue más lejos, pues bien se dio cuenta de que la sociedad era otra, así que el Renacimiento solo fue para él la plataforma que necesitaba para buscar un arte más innovador, un arte nuevo, verdaderamente moderno. 

 De todo ello nos queda, por fortuna, su obra y pensamiento, de nosotros depende evaluar sus logros y alcance.

Publicado en Milenio Diario

Comentarios

Entradas populares