Re-Presentación


 

En última instancia, según lo entiendo, todo aquello que llamamos arte u objetos simbólicos, no son otra cosa que re-presentaciones, así con guion intermedio para reforzar la idea de que se trata de una segunda presentación de algo, semejante a ese algo, pero de otra naturaleza, una especie de doble, si se quiere, pero con características por completo distintas a aquello que re-presenta. Así pues, las artes visuales y sus extensiones, re-presentan, por medio de imágenes los mundos materiales y espirituales en que nos movemos, la música lo hará musicalmente (sonidos y silencios), otras manifestaciones performáticamente, y unas más a través de la palabra. 

Desde que nos bajamos del árbol no hemos hecho más que re-presentar millones de veces campos y ciudades, animales y personas, ríos y mares, tormentas, guerras y conquistas, la ira y el dolor, los sueños de paz y felicidad, pero también los armagedones que nos persiguen, la desesperanza y los sueños que nos muestran otras realidades, el amor, pero también la muerte y lo que le sigue. 

 De entre las teorías que se ofrecen para explicar la aparición del arte prehistórico o paleolítico, la que a mi me hace más sentido, es la que explica la presencia de estas pinturas como resultado de una reflexión mágica; el mamut, bisonte o venado re-presentado está mágicamente conectado, está unido, con el animal vivo, ¿por qué?, porque ya que lo he re-presentado—pintado-- me lo encuentro vivo en las cercanías, luego entonces debe haber alguna especie de conexión entre ambos eventos. creación de la imagen, una re-presentación--, y el ser vivo -el re-presentado--, basta tan solo con que esta sucesión de acontecimientos ocurra una vez al azar, para que se establezca su causalidad (este es el fundamente de las conductas supersticiosas), por eso es que creo que debió haber mayor actividad “artística” en épocas de escasez, cuando era necesario toparse, encontrar, seguir, a aquellos que les darían de comer. De ahí en adelante, de una primera vez en que se intuyó esta relación, no fue más que fortalecer el poder de la imagen, haciéndola cada vez más influyente sobre los planos material y espiritual del hombre. 

 Todo lo anterior, creo yo, está muy bien y en su sitio, pero no alcanza a decirme por qué lo que hicimos fue una representación (incluso pudo haber sido corporal y/o auditiva) y no mejores armas, por ejemplo. Creo que el hambre debió forzar la aparición y desarrollo de una facultad exclusivamente humana, la imaginación, la causante de transformar en símbolos la información sensorial acumulada, en imágenes, que la re-presenten –a la información--, o sea, que hicieran posible volver a tener acceso a esa experiencia sin los peligros que en la realidad significaba un enfrentamiento con estos animales. Una vez que esta facultad se entendió y puso en práctica pudo seguir lo demás que hemos relatado. 

 ¿Por qué seguimos re-presentando, si ya no hay hambre y si la hay vas al súper y la satisfaces; si ya sé que representarme manejando un auto no hará que suceda mañana ni la próxima semana? Tengo un par de respuestas tentativas. En principio debemos volver a revisar nuestra relación con las imágenes y más en un mundo como el nuestro en el que la iconosfera crece exponencialmente día con día y nuestra dependencia de la imagen es cada vez mayor. Es probable que la magia o efecto que antes atribuíamos a las imágenes la hayamos convertido en influencia, aspiración, identidad, etc. Segundo, es verdad que parte de la población tiene, mal que bien, satisfechas sus necesidades básicas de alimentación, sueño, protección; pero, tal y como sabemos por las teoría de Abraham Maslow, no son estas las únicas necesidades que tiene el hombre, la mujer, sobre ellas se levanta otra serie de necesidades de tipo, digamos, espiritual o intelectual, necesidad de organización, superación personal, reconocimiento, de lazos afectivos, etc. Las imágenes re-presentacionales –el arte en general—cumpliría, en este caso, una doble función, por un lado, aportando la imagen física de algo intangible, haciéndolo, por tanto, más fácil de entender y manejar, y, por otro, posibilitando la satisfacción ficticia de una necesidad –de las secundarias según Maslow--, exactamente, como sucede con los sueños.

 Independientemente de lo anterior, para mí, en mi caso, seguirá siendo un misterio por qué representamos y damos tanto valor a esas imágenes.

Publicado por Milenio Diario
Imagen: bbc.com

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