Trazos de lápiz

 

Entre otras cosas, creo que el dibujo me atrae porque al ser esencialmente monocromático, no deja de recordarme a la fotografía. Su asociación con ésta no es mera casualidad o capricho, sino que fue, entre otras cosas, una de las razones por las que Talbot decidió fijar las imágenes que se proyectaban al interior de su cámara obscura y que él, en un principio, trataba torpemente de copiar. 

La mayoría habrá escuchado la historia de la joven de Corinto quien al trazar el perfil que proyectaba su amado sobre una pared, dio origen al dibujo, la primera y más noble de las artes plásticas tradicionales. Más allá de esta historia debida a Plinio el Viejo en el siglo I de nuestra época, lo cierto es que durante el dilatado tiempo que abarca el período paleolítico, cuevas, farallones, cornisas y demás formaciones naturales, se verán colmadas por cientos de dibujos; aún así, los hay anteriores, recientes investigaciones atribuyen a un esgrafiado en forma de zig-zag en una concha hallada en Indonesia una antigüedad de 400,000 años lo que lo convierte en el dibujo más antiguo que conozcamos. 

Haciendo caso omiso de la discusión sobre el origen del dibujo, lo interesante de lo que plantea Plinio es que por medio de su historia, recoge y sintetiza, lo que de hecho concebimos como dibujo (incluido lo que llamamos arte prehistórico), es decir, a partir de entonces el dibujo queda asociado, uno, a la línea, dos a la memoria, tres a la representación de lo significativo. La interpretación, maduración y ejercicio de estas tres variables y sus diversas combinaciones, da lugar a la amplia variedad de dibujos que conocemos, incluida la ilustración (bocetos, esquemas, diagramas, grisallas, axiométricos, planos, mapas, etc.).

 El pasado día 1 de junio, la galería Drexel inauguró la muestra de dibujo intitulada Sonidos negros… 4+1. Aunque no estoy muy seguro del origen del título y su referencia a García Lorca, a no ser que al citarlo se haga alusión a la teoría del duende como posible explicación del acto de dibujar, ya que se trata de una acción íntima, solitaria, agónica (que lucha). Lo mismo que para revisar el concepto y trabajo de los cinco dibujantes que aquí participan, lo que nos permite acercarnos mejor a las opciones que existen y al por qué de su creación –del dibujo– en manos de cada uno de estos productores. 

Los cinco convocados por Drexel, (cuatro damas, un caballero, como dice el título) son, en orden alfabético: Mónica Álvarez Herrasti, Alejandra Favela, Alejandrina Herrera, Alain Ledezma y Kim Young Sun. Cinco diferentes maneras de entender y ejecutar el dibujo, pero más importante aún, para qué hacerlo, para qué dibujar. Por ejemplo, Favela ve en dibujo un lenguaje que le permite expresar fantasías, conflictos o sentimientos que nos son a todos comunes como la angustia o el deseo, el análisis y representación de tales contenidos proviene de su práctica psicoanalítica, luego entonces sus dibujos, más que ser como pudiera sospecharse, fantásticos o dramáticos, son como la materialización de aquello que ha experimentado-visualizado a lo largo de las sesiones que sostiene con sus pacientes. 

En cambio, para Alaín Ledezma, un auténtico obseso de la línea, el método de secuencias que sigue, derivado de los conceptos-serie Ayo Sunyanta y Estado de onda (2022-2023), entiende al papel como el vacío o espacio en que habita la forma, mientras que el grafito es la materia que lo transforma; el resultado son dibujos sin principio ni fin, superficies de cálculo intuitivo, verdaderos mantras que exigen tanto de su autor como del espectador una profunda concentración para adentrarse o seguir tan fascinantes, como complicados dibujos. 

Alejandrina Herrera y Mónica Álvarez Herrasti emplean el dibujo, la primera para transformar y conservar la cerámica que produce en una memoria bidimensional, dos versiones de una misma cosa. Por su parte Mónica dibuja como parte de una lucha incansable y siempre a la distancia por lograr ganar su pedacito de universo al que sabe tiene derecho como postulaba Carl Sagan, pero es también una forma de conocimiento a la Schopenhauer; es pues el dibujo su medio para lograrlo. 

Más que hablar de los aspectos técnicos de cada uno de estos productores que están más allá de la vulgar medianía, quise mostrar cómo a partir de simples trazos de lápiz se puede lograr tanto y tan diferente

Publicado en Milenio Diario

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