El lado B de la fotografía (I)

Catálogo de la subasta



 Dentro de este oficio, una de las primeras cosas que aprendes es que nunca, nunca, escribas sobre lo que no has visto en persona, solo así podrás justificar y defender tus opiniones y juicios. Pues bien, hoy estoy a punto de romper tan sagrada norma, pues he de referirme a una muestra que solo conocí por su catálogo y un buen número de vídeos que mostraban su emplazamiento dentro de la galería. Me refiero a Reflejos del alma, a través de mi lente. 6.ª edición de la exhibición y subasta silenciosa que se realiza con la finalidad de recabar fondos para las becas educativas que proporciona la organización Otedi a niñas, niños y jóvenes con síndrome Down que se encuentran situación vulnerable; en esta ocasión el evento tuvo lugar en Etra Galería, el pasado día 3 del presente. 

Si ahora he decidido no seguir mi propia norma, se debe, uno, como apoyo a esta organización, la cual como otras tantas que hay en la ciudad, merecen el aplauso y solidaridad de todos. Dos, porque siempre he creído y, lo he hecho, que hay que mencionar a cuanta galería o espacio cultural que se ocupe y preocupe, al menos en una ocasión, por mostrar a su público fotografía. Tres, por la fotografía en sí misma, la cual difícilmente deja de sorprendernos y hablar de su importante papel en la sociedad post-verdad. Y cuarto y último, porque más que referirme a trabajos que se hayan presentado en esta subasta, me interesa más hablar de lo que hay o hubo detrás de ella, que me parece, es mucho más interesante que solo hablar de esa o aquella imagen.

 Se exhibieron un total de 73 obras, todas de formato medio o grande, perfectamente enmarcadas a la “moderna” como algunos se refieren a presentar la pieza entre dos láminas de acrílico cristal perfectamente selladas y preparadas para ser colgadas. 12 de ellas corresponden a igual número de fotógrafos invitados a participar en la subasta, 58 a quienes ya han sido ganadores en los diversos concursos y actividades que tiene la entidad que, junto con la galería, organiza la subasta, es decir, el Comité Fotográfico Mexicano (más adelante regreso a él); más 3 premios extra que se rifan entre quienes participan en la subasta. De todos ellos menciono los trabajos, Escalinata Munal, de Charbel Pérez; South Beach SLS de Lorenzo Aguilar; Barrio de San Luisito de Gustavo A. Backhoff de la Garza Evía (posiblemente el mejor trabajo de todo el lote); El tiempo es eternidad de Liz Barba; La orilla se viste de color de Gaby Rocha; Recortes de hadas, Blanca Jiménez, y Timeless de Eduardo Esses. 

 Es más que común perder de vista que la fotografía, hoy en día, abarca tal cantidad de actividades y prácticas que solo podemos llegar a conocer, más o menos bien, una parcela de todo el territorio que cubre. Por ejemplo, no solemos hablar de la fotografía publicitaria, de la industrial, de la erótica o pornográfica, cada una de ellas, estoy seguro, tiene una cauda de seguidores compuesta por lo que son consumidores exclusivos de esa práctica, y otros tantos que viene y van por dos o tres de ellas y que les resultan las más atractivas (por ejemplo, de deportes; la nota roja, publicidad para niños, etc). Dentro de este vastísimo universo se encuentran las fotografías que, con razón o sin ella, se denominan y se difunden como de Arte. Lo interesante en todo caso es que, aunque compartan ciertos públicos, no forzosamente, lo hacen con los espacios en que se presentan, los medios por los que se difunden, sus formas de organización, e incluso en los mercados en que pretenden o tienen mayor presencia. 

Como se dice más arriba, la subasta la lleva a cabo el Comité Fotográfico Mexicano, que no es el mismo que el histórico Consejo Mexicano de la Fotografía. El Comité, según se presenta en su página WEB, tiene una Misión, una Visión, Valores y Estrategias que parecen no tener nada que ver con lo que conocemos, por ejemplo, del Centro de la Imagen o la Fototeca Nacional. Y aunque podríamos presentar y discutir cada uno de estos rubros, únicamente citaré a continuación su Misión como ejemplo de lo que estamos hablando: “Desarrollar a México como líder mundial de fotografía y colocarlo en los primeros lugares de los concursos más importantes a nivel internacional.” Independientemente de lo cuestionable que es un liderato o supremacía en estas actividades, pareciera que toda acción que se pueda llevar a cabo desde y con la fotografía se detiene al lograr los primeros lugares en los concursos más importantes a nivel internacional. 

 Nadie puede poner en duda la seriedad del Comité ni de su disciplina y rectitud. Tampoco podemos dudar de la calidad, técnica y conceptual, que poseen los trabajos que con ellos participan y que estoy seguro a muchos más rechazarán por no alcanzar los estándares que ellos esperan de la fotografía. 

 Posiblemente, si alguna conjetura pudiéramos sacar de todo esto es que, con el desarrollo del campo de la fotografía, cada día será más cierto que ahí fuera hay una imagen para cada uno de nosotros.

Publicado en Milenio Diario

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