En el campo, la pista o la cancha


Hace más o menos 50 años, si me hubieran preguntado, habría dicho que, dejando fuera las imágenes publicitarias, la mayoría de las demás. se repartía entre las de espectáculos y las deportivas. Hoy día como sabemos son las imágenes sociales, que cuentan con sus propios medios de difusión, las famosas redes, las que constituyen la inmensa mayoría de las imágenes que circulas entre nosotros todos los días (en algún momento me gustaría hacer un ejercicio –no sé si ya exista- en el que se determinara, por ejemplo en el lapso de un mes y en un definido número de plataformas -las más socorridas por ejemplo- qué tipo de fotografía, qué género, es el que tuvo no solo una mayor circulación, sino un volumen mayor a cualquier otro). No obstante, lejos están de ser desplazadas, como sucede con otras ramas del fotoperiodismo, antes al contrario, quizás sea el tipo de imagen utilitaria que más se haya favorecido con la introducción del mundo digital en su producción, desde ubicar cámaras fijas en los estadios o dondequiera que se lleve a cabo el evento, que estén mandando cada determinado momento imágenes de lo que sucede, hasta el uso de drones y cuanto programa de manejo de la imagen exista. 

 El giro hacia espectáculo de masas que han hecho todos los antaño nobles deportes, exige de imágenes igualmente espectaculares y nada mejor para generarlas que las que es capaz de crear el mundo digital, desde captar el vuelo de Michel Jordan, el 10 perfecto de Nadia Comaneci, los potentes saques de Billy Jean King, la velocidad del autogiro de los patinadores de hielo, hasta determinar si el balón pasa la línea de gol, el receptor tuvo o no los dos pies dentro del campo, o el famoso foto-finish (que por cierto no forma parte de los recursos digitales de hoy día. Fue desarrollado por el ingeniero español Juan José de la Cierva en 1947, como un medio para resolver las discusiones en torno a las carreras de caballos). 

 La primera foto deportiva, tal y como la entendemos hoy en día, apareció en 1909, fue del beisbol y su autor Charles Colton. Años antes, años después, aparecerán las primeras imágenes del tenis, del beisbol y del futbol americano, en general todas las de los deportes que son más o menos centenarios, es decir, la fotografía deportiva inicia a mediados del siglo XIX y se extiende, como género especializado, hasta nuestros días. Hay que hacer un par de aclaraciones al respecto, por un lado, fotografías que muestren personas ocupadas en algún deporte, pescadores, tenista, corredores, cazadores, beisbolistas, etc. se pierden en los inicios de la misma práctica fotográfica, por lo que dependerá de la historia de la fotografía de cada país, detectar desde cuando personas haciendo deportes son fotografiadas. Por otra parte, la fotografía de deportes de la que aquí hemos estado hablando, es más bien, como ya se dijo un subgénero o una especialización del fotoperiodismo y en este sentido su origen no puede remontarse más allá de los inicios de la prensa ilustrada, es decir a principios del siglo XIX. Como en todo el fotoperiodismo, la necesidad de ilustrar la noticia que informaba llevó a mejorar las rotativas, no solo en cuanto al volumen que podían imprimir, sino para incorporar, cada vez con mejores resultados, imágenes que las ilustraran. Quizás por la cercanía con el gran público, la fotografía de deportes haya ocupado primera fila entre las innovaciones que se hacían con este fin a las prensas. En nuestro país eso debió suceder en torno a 1824, que es el momento en que la Constitución de ese año concede la libertad de prensa, lo que animó a muchos a lanzarse al mundo de los diarios y semanarios. 

 Desde mi punto de vista, el momento más importante o popular que haya vivido esta forma de periodismo fue la creación de la revista especializada Sports Ilustrated, cuyo primer número apareció en 1954, revista que rápidamente se convirtió en la favorita de los lectores masculinos, ya que se vio replicada, cuando no simplemente traducida, en muchos países a ambos lados del Atlántico. Hoy en día, aunque sigue tirándose un ejemplar impreso, la mayoría de sus lectores se encuentran en las suscripciones electrónicas. Idéntico fenómeno pasa en el periódico ESTO, un diario mexicano que inició como medio exclusivo de deportes aún antes que la revista Norteamérica, en 1941. Se distinguía de entre toda la prensa, por lo menos la nacional, por ir impreso en color sepia. Como ya se apuntó, a pesar de seguirse imprimiendo, su mayor público es el que lo consume por medios electrónicos.

 Aquí en Monterrey, habrá que esperar a que Juan José Cerón termine sus indagaciones sobre el fotoperiodismo regiomontano, para tener una idea de cuál ha sido el papel y lugar de la foto deportiva en esta historia. 

 Falta hablar de cómo el avance de la fotografía deportiva, su demanda, impulsó o se favoreció con el desarrollo de técnicas y procedimientos que se extendieron a otros campos, pero eso es, ya, otra historia.

Publicado en Milenio Diario
Imagen: wikimedia.org

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