Enseñanzas de guerra

Tony Vaccaro. Avión alemán destruido. 1945


 A fines del año pasado, concretamente el día 28 de diciembre, murió el fotógrafo norteamericano Tony Vaccaro (1922-2022). Salvo que usted sea un experto en la historia de la fotografía en Norteamérica o en la de la Segunda Guerra Mundial, el nombre, es posible, no le signifique mucho, aunque, sin duda, fue un fotógrafo relevante que con su trabajo ayudó a la definición del fotoperiodismo tal y como lo conocimos hasta por lo menos una década antes de concluir el siglo XX.

 Vacacaro, hombre que, como se ve, vivió los 100 años, no solo sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, sino que trabajo en la industria editorial como fotoperiodista para revistas tan importantes como Life y Look. Fue amigo cercano de Jackson Pollock, Lee Kasner, Picasso y Calder, entre otros. En vida tuvo la oportunidad de ver reconocido su trabajo y trayectoria, incluso ser condecorado con la legión de Honor que concede el gobierno Francés, por su participación durante el desembarco en Normandía. Vaccaro se había alistado en el ejército estadounidense como soldado de infantería para luego convertirse, ya en la campaña europea, en explorador, lo que, por una parte, le otorgaba mucho tiempo libre y por otra le permitía el acceso a sitios y personajes restringidos, ambos aspectos aunados a su interés por la cámara fotográfica (usó casi exclusivamente una Argus C3), hicieron de él un miembro más de esa elite de fotógrafos de guerra que con su trabajo, como se dice más arriba, definieron el fotoperiodismo y en especial el de los corresponsales de guerra.

 El listado de fotógrafos que trabajaron durante la Según Guerra Mundial, la Revolución China, la guerra civil española, las guerras de Corea y Vietnam, digamos entre 1930 y los tardíos 60’s, es impresionante por su cantidad y calidad, por mencionar a algunos Edward Steichen, Robert Capa, Hernri Cartier-Breson, Eugene Smith, Alfred Eisentaedt, Wayne Miller, Robert Doisneau, David Seymur, Cecil Beaton, Joe Rosenthal, y por supuesto la muy destacada labor de las fotógrafas Gerda Taro, Lee Miller, Margarte Burke-White, Marthe Gelhorn, Dorothea Lange, Christine Spengler, Dickey Chapelle, Natalia Bode, e incluso, Leni Riefenstahl. Los miles y miles de fotografías generadas por ellos y no solo por ellos sino muchísimas otras que son de autores desconocidos, nos dieron a conocer, en su momento y actualmente, cómo eran los enfrentamientos en Europa, el norte de África, el pacífico sur, la devastación causada en las ciudades, el temible arsenal de tierra, mar y aire, los prisioneros y los campos en que fueron recluidos, los cuerpos deshechos, destrozados, abandonados de los miles de soldados muertos en combate, el sufrimiento y penurias de la población civil, las migraciones forzosas, el triunfo de los vencedores, la derrota de alemanes, italianos, japoneses y sus aliados. Esas fueron, pues, las imágenes que definieron lo que una guerra era para nosotros y los costos que habría que pagar por intervenir en ella. Con estas imágenes a la vista no es difícil imaginar porque el mundo se volvió bipolar, compuesto por amigos y enemigos, buenos y malos. 

 Un análisis más cuidadoso y a profundidad del contexto y casuística que empujaron a la humanidad a la pesadilla de la Segunda Guerra, una lectura con nuevos instrumentos interpretativos y una mayor experiencia en el manejo de las imágenes, nos permiten comprender que ni así, tal cual, fue la Segunda Guerra, y que lo que nos muestran sus imágenes funcionan exactamente igual para el bando contrario, cadáveres no solo fueron ingleses, sino también alemanes, rusos, polacos, suecos, filipinos, japoneses y chinos, entre otros muchos. El victorioso soldado estadounidense es fácilmente suplantado por el orgulloso camarada del Ejército Rojo, todo, como hoy sabemos, depende de quién lea las imágenes y para que lo haga. Este cambio en la apreciación de las imágenes de guerra (de esa Segunda Guerra), ha provocado que también se cubran eventos similares con otra óptica e interés. Digamos que los premios de World Press Photo de los últimos diez años, nada o muy poco tienen que ver con las imágenes que Vaccaro se arriesgó a tomar o no están los suficientemente cerca como pedía Capa, su tratamiento de temas similares, borda, más bien, en captar o hacer imágenes que pudiera ser asociadas a un cierto tipo de humanitarismo, es decir que intentan explorar más al hombre y sus circunstancias que al evento noticioso. Qué estos nuevos enfoques nos permiten comprender mejor la naturaleza, paradójicamente, inhumana de las guerras, es algo de lo que no estoy muy seguro, pues tenemos más de 100 años de fotografía de guerra, de hacerlas y mostrarlas, de celebrarlas y sorprendernos con ellas, y la guerra sigue, y probablemente así, seguirá.

Imagen: gettyimages.com.mx

Publicado en Milenio Diario


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