Poder del contexto
En esta ocasión sí hablaré de Fotografiska, pero sobre todo me valdré de una de sus exposiciones que aún está en exhibición, para tocar un tema que nos lleva a otros campos no solo de la fotografía sino del arte en sí mismo.
Según recuerdo ya en otras ocasiones –quizás hace un año—he hablado de este espacio, por lo que no me detendré mucho en él. Fotografiska es más bien una fundación de origen sueco fundada en el 2010 por los hermanos Jean y Per Broman, como una institución dedicada exclusivamente a la fotografía contemporánea presentada en un ambiente tal que ofrezca una experiencia total a los visitantes. Además de la sede en Estocolmo, Fotografiska ha abierto sucursales en la ciudad de Nueva York y Tallin, en Estonia, este año, hacia finales, abrirá en Shanghái, China, y en Berlín, Alemania, empezando el año, hará lo propio en Miami, Estados Unidos. Viendo esta rápida expansión, conociendo los sitios en que se instalan (siempre edificios históricos restaurados) y repasando el ya enorme catálogo de sus exposiciones, no sorprende que, en tan poco tiempo, se haya convertido en una de las instituciones líderes en la exhibición y promoción de la fotografía contemporánea.
En este momento la sede neoyorkina presente 4 diferentes exposiciones, Venus negra, en la que se exhibe el papel de la mujer de color en la vida norteamericana; lo singular de la muestra es que se exhiben solo trabajos de fotógrafas igualmente negras. Una selección de trabajos recientes del fotógrafo norteamericano Ethan James Green. Una extraordinaria muestra de Moholy-Nagy, El Poder de la luz. Y la que me interesa tocar con más de detalle, Memoria, del fotoperiodista norteamericano James Nachtway. La exposición nos permite recorrer los principales objetivos de este fotógrafo, desde el ataque a las Torres gemelas en Nueva York, a las increíbles imágenes de la invasión rusa a Ucrania, pasando por las guerras en Sudan, África, Afganistán, Somalia, o los conflictos sociales en Israel, El Salvador, Nicaragua, Sudáfrica, Kosovo y los mismos Estados Unidos.
En uno de los muros de la exhibición aparece el siguiente pensamiento del fotógrafo: “Al compartir estos recuerdos, damos testimonio juntos. No olvidemos.” Es decir, para él, la fotografía puede llegar a convertirse en una especie de memoria colectiva en tanto se pueda compartir. Y al decir compartirla se alude a muchas y muy diversas formas, cada una de las cuales, contribuirá particularmente a la formación/composición de esa memoria, y los significados que llegue a representar.
Es y no es lo mismo mirar una de sus fotografías en las páginas de un diario, en las de una revista especializada en política, en las de una dedicada a la fotografía, que verla en gran tamaño en un museo, como en este caso, o proyectada en la pantalla de un monitor o de cine. En otras palabras, la imagen sigue siendo la misma, pero tiene un significado, una lectura diferente, según sea en dónde se le vea, una cosa querrá decir desde las páginas de una revista de política mundial, y otra, no distinta sino complementaria, en los muros de este espacio.
Esto es, exactamente, a lo que nos referimos al hablar del poder del contexto, tan poderoso es que es capaz de cambiar los significados de cualquier objeto o imagen sin necesidad de alterarlos. Sin embargo, mucho me temo que ese poder no se manifiesta de igual manera en todos los casos y que incluso puede llegar a fragmentarse a tal grado que pierda relevancia para el total de significados posibles.
Por otro lado, fuera de la fotografía, el contexto suele ser más bien unidireccional. Por ejemplo, la famosa Fuente de Duchamp (1917) fuera del museo es un urinario y lo será lo mismo en un baño de la Argentina que de Polonia, es casi imposible que sin antecedentes quien vea un urinario tirado en la basura, se imagine la Fuente de Duchamp. En cambio, al ver una fotografía de Nachway, digamos de las ruinas del WorldTrade Center, cambiará según el contexto, ya lo dijimos en un museo, se destacará su parte estética, en las páginas de un diario, su valor informativo, en una revista especializada en fotografía, su composición, equilibrio, dirección, etc. pero siempre, independientemente del contexto, seguiremos viendo la misma imagen.
Cuando llego a esta clase de conclusiones, siempre recuerdo una anécdota que platicaba un maestro. Al regresar a su casa paterna, después de haber estudiado un postgrado en psicología y tratar de explicarle a su madre lo que es un reforzamiento positivo y uno negativo y las consecuencias que traen consigo, su santa madre le contesto: Ay mi hijo tanto estudiar para llegar a lo que siempre hemos sabido.
Publicado en Milenio Diario
Se puede leer tambien en www.artes2010.wordpress.com
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