Cosas de mujeres
A principios de mes, el día 6, aunque pasó casi desapercibida, se llevó a cabo la inauguración de la exposición denominada Nuestros Paisajes, organizada por el colectivo Fotógrafas de México, con la participación de 18 de ellas, cada una con un trabajo, en un minúsculo e improvisado espacio en el centro comercial Avanta Gardens. Es el mismo grupo que meses atrás, en marzo de este mismo año, se presentó en la galería de Rocío Castello con la exposición de autorretratos intitulada Soy Mujer. Hay que aclarar que, en ese entonces, la agrupación era Fotógrafas de Monterrey, que aparecía como apéndice de Fotógrafas de México; hoy en día, se han fundido en uno solo, el de aspiración nacional.
La exposición en sí está muy lejos de las grandes ligas o siquiera de las pequeñas, no tanto por el local, lo reducido de la muestra, 18 fotografías en color y B&N, (reducidas también las dimensiones de cada fotografía, 18x20), la museografía y la curaduría, sino porque aún no se alcanza a percibir tengan como grupo y la compartan individualmente, una idea de por qué la fotografía y para qué la fotografía, más allá de porque me gusta hacerlo y para mostrar lo bonito que es nuestro estado. Hubo una sola de etas imágenes que me llamó la atención, la de María Covarrubias, si no me equivoco, pero me molestó cómo la presentó Little Manhattan, título aspiracional que representa lo peor y más abyecto de nuestra sociedad, así de distantes y contradictorias están las posturas al interior del grupo. Una cosa es que cada miembro de la colectividad piense diferente y así lo exprese, que la calidad con que lo hagan sea igualmente diversa (de profesionales a amateurs) y otra que la asociación, lejos de parecer eso, una asociación, solamente se presente como la reunión casi azarosa de un grupo de personas que únicamente tienen en común ser mujeres y fotógrafas, como podría ser que fueran viudas y tejedoras, o compañeras de primaria y abuelas, etc.
Un grupo de esta naturaleza para que se lograra percibir de tal manera, según mi leal entender, debería tener en claro, primero que nada su relación con la fotografía y los alcances que quieran tenga esa relación; como se ven respecto a otras fotógrafas, locales, nacionales o internacionales, para qué exponer, en dónde exponer, cuándo en grupo, cuándo individualmente, cuáles son los alcances del grupo con respecto a los quehaceres individuales, hay reamente una organización en la que se reparten las tareas de dirección, administración, promoción, o simplemente se reúnen al recibir un llamado del grupo; hay programa y calendario de actividades; buscan o no vincularse a las instancias oficiales, lo harán como grupo o cada quien individualmente. Aunque muchas de estas cosas parezcan obvias e innecesario discutirlas, creo que al menos tenerlas presentes puede servir para ir forjando una consciencia que las distinga de otras asociaciones.
Calculan que al derredor de 80 miembros forman parte de Fotógrafas de México. Un número significativamente alto dada la conformación y bisoñez del grupo. Reducido si tomamos en cuenta que, en la actualidad, creo yo, hay más mujeres que se dedican a la producción con este, con base en este o con la participación de este medio, que hombres que lo hagan. Entre este numeroso contingente encontramos lo mismo mujeres que viven de su trabajo con la fotografía (desde modelos, hasta restauradoras, publicistas, fotógrafas de moda, fotorreporteras, o trabajadores de estudio, taller o laboratorio, maestras) que las fieles y compulsivas productoras de Selfies, usuarias de las distintas redes sociales, estudiantes o fotógrafas casuales.
Obviamente, no toda mujer que manipule una cámara (profesional o incluida en su teléfono) tiene porque pensar lo mismo que las demás o actuar en función de lo que se espera fotografíen las mujeres, no todas querrán, sin duda, ser fotógrafas y la mayoría se conformará con registrar el crecimiento de los hijos, las vacaciones de la familia y los acontecimientos importantes que le sucedan a ella y/o su entorno. No obstante, pesemos por un momento la fuerza que podrían tener, la influencia que podrían lograr si tan solo se reconocieran entre sí, se interesaran por lo que hacen las demás, se dieran apoyo unas a otras.
Condición previa a esta o cualquier otra forma de organización y consciencia, es, enfrentar la discusión de que la fotografía de las mujeres solo será si se contempla frente a la mirada hegemónica de los hombres. En tanto no se rompa esta relación de subordinación, difícilmente tendremos opciones de conocer y apreciar otro tipo de miradas.
Publicado por Milenio Diario
Se puede leer también en www.artes2010.wordpress.mx
Imagen: Foógrafas de México: Nuestros paisajes.
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