Las otras fotografías
Guillerme Duchenne de Boulange |
Felicidades por el día de ayer, Día del Fotógrafo y camarógrafo, a todos los que, por una u otra razón, hacen fotografía.
Hace unos días, platicando con Brenda Cordero, joven y entusiasta fotógrafa y promotora, me comentaba algunas de sus experiencias como parte de la investigación de campo realizada para su maestría, con el uso de la cámara fotográfica en comunidades vulnerables, así como de los sorprendentes resultados que fue encontrando.
Así fue que me recordó otros fines que se le han dado y dan a la fotografía, entre ellos, al margen de sus muchas aplicaciones en el mundo de la astronomía y la microscopía, por no mencionar los médicos, se hallan los que han encontrado en el campo de la sociología y la salud mental campos fértiles dónde crecer. En estos casos son dos líneas por las que se ha trabajado desde fines del siglo XIX, por un lado, como simple registro de los estados mentales alterados que una persona puede presentar, pienso, por ejemplo, en las placas del célebre Dr. Charcot, pero también en las menos conocidas, y hasta quizás más impresionantes de Guillame Duchenne du Boulange, reunidos en sus monumentales tomos: De l’électrisation localiséeet de son application à la pathologie et à la thérapeutique (1855), que llegó a alcanzar tres ediciones y La physiologie des mouvements (1867), líneas de desarrollo, dentro de la neurología, que aún en nuestros días siguen practicándose.
El otro grupo, dentro de la salud mental, que se vale de la cámara fotográfica, entiende a esta como un instrumento terapéutico por medio del cual pueden los pacientes expresar lo que de otra manera les parece imposible. Sobresalen de esta otro grupo, por ejemplo las fotografías de ciegos o débiles visuales que pusiera en marcha el esloveno Evgen Barcar y en México el ya desaparecido Gerardo Nigenda. Estrategias similares se han empleado con pacientes psicóticos, alcohólicos y/o drogadictos, pero también con débiles mentales o personas con síndrome Down. Un caso límite es el de Miroslav Tichy.
En el terreno de la sociología, la fotografía se utiliza en las mismas dos dimensiones que ya hemos visto, como registro de fenómenos sociales, pero también como instrumento que sirve para sanar relaciones sociales o. incluso, empoderar comunidades. En el primer grupo, que es, por cierto, al que se refería Cordero, la cámara es un instrumento a través del cual se puede objetivar problemas que de otra manera difícilmente se llegan a identificar y menos a enfrentar, sea el caso de la violencia doméstica, al abuso a niñas y mujeres, las dependencias, alcohol o drogas.
Del otro grupo, quizás el ejemplo más sobresaliente sea el del francés que se hace llamar simplemente JR. Podríamos decir que al centro de sus proyectos se encuentra la idea de visibilizar a la gente, en especial los que se vuelven anónimos en as grades ciudades. Así mediante enormes retratos, que puede cubrir el muro externo de una casa pega el retrato de la anciana que dejan todas las mañanas abandonada en la esquina, o la de la niña que fue asesinada por el padre después de abusar de ella. Proyecto que, según recuerdo, hace años se trató de llevar a cabo aquí en Monterrey. Pero lo mismo se ha llevado a otras zonas de conflicto, a la frontera Líbano-israelí, o a la de bosnia-Herzegovina. Se ha puesto en práctica también en prisiones de alta seguridad, en todos lados la idea continúa siendo la misma, que la gente al verse, al ver a su vecino, al que vive al otro lado de la barda que divide dos países, en la favela de enfrente, o al que no quieres tener a la espalda para no ser atacado, caes en cuenta de que todos somos, más o menos, iguales, todos somos los mismos y, de entrada, no hay nada natural que nos separe o confronte.
Sea el grupo, de los cuatro que aquí hemos mencionado, que más nos interese, el material fotográfico que ahí encontremos, no es exactamente con el que nos topamos, incluso, a diario en las redes sociales. Hay proyectos como los de Maya Goded sobre las prostitutas, que trascienden lo meramente sociológico-documental y esas imágenes pasan a ocupar otro espacio más allá de los gabinetes especializados. Todo ese material que sin duda es de gran interés, poco a poco se va rescatando y valorando, obvio, no todo vale la pena y hay imágenes muy pobres tanto ética como fotográficamente, pero en cualquier caso, ante estos o cualesquier otro grupo de fotografías, independientemente de cuál sea su origen, no debemos olvidar que sobre todas las cosas la fotografía es un medio de comunicación y un útil para la expresión.
Publicado en Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com
Imagen: josealvarezfotografia.com
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