Más de compras, ventas y fotógrafos

 

Galería Joan Prats

Motivado por las pláticas que sostuve con Patricia Conde y Domingo Valdivieso, ambas, por cierto, ya disponibles en la página de Miércoles fotográficos del FB, hice la semana anterior y ahora los continúo, estos apuntes acerca del mercado o mejor, si se quiere, de la venta y compra de la fotografía. 

Quizás el principal error que cometemos al preguntar por qué no hay un mercado de la fotografía mínimamente parecido al de la pintura, por ejemplo, es que estamos pensando únicamente en la llamada fotografía de arte, cuando esta no es más una clase o tipo de fotografía que circula socialmente, a diferencia de lo que sucede con la pintura que sólo hay un tipo de estos objetos y que, precisamente, si se quieren adquirir, tienen un espacio definido e identificado como tal para efectuar estas operaciones. Digamos que embrionariamente una fotografía de arte puede ser de moda, publicitaria, de guerra, parte de un foto-reportaje, e incluso, social, y solo hasta después, por un proceso que aquí no nos detendremos a analizar, podría llegar a ser calificada como de arte, lo que significa que antes de llegar a la galería, pudo haber sido adquirida en otras tantas instancias sin que en ninguna de ellas pesara la adjetivación y prejuicios del arte. En conclusión, hay que entender que la fotografía no requiere de un mercado en especial en donde pueda venderse y comprarse. La fotografía de arte comparada con todos los demás tipos de imágenes fotográficas que circulan diariamente por nuestra iconosfera, representa una mínima parte de ella. 

Todo lo anterior se refiere a las galerías reales, físicas, espacios que encontramos en cualquier ciudad destinados a cumplir, entre otras funciones, la de la compraventa. Y este modelo que mal que bien había venido funcionando desde el siglo XIX, de pronto se tiene que enfrentar a una nueva competencia, la de las operaciones virtuales, es decir, hoy día ya no se necesita viajar a Nueva York, Milan o Tokio para adquirir una fotografía, sino que puede hacerse, quizás hasta más fácil, por medio del Internet; el E-Comerce, sin duda es una realidad a la que muchos productores, no sólo fotógrafos, están acudiendo para colocar sus obras en lugares a los que de otra manera difícilmente habría accedido por medios tradicionales. Habría que estudiar la situación del mercado virtual de la fotografía para saber si por estos medios se comporta de manera diferente a como lo hace con las galerías tradicionales. 

La aparición de estos mercados alternativos, que afectan a toda clase de comercio, no solo al del arte y mucho menos al de la fotografía, nos debe llevar a pensar en que, posiblemente, haya llegado el momento en que hay que buscar otras formas o mecanismos más allá del mercado tradicional que es, fuera de toda duda, una herencia del liberalismo económico del siglo XIX que fue perfeccionándose hasta los límites de las economías globales. 

 No es idea mía, por supuesto, pero creo, después de sopesar lo anterior, de profundos cambios con los que ya tenemos que aprender a vivir, que cada vez más debiéramos hablar de la fotografía, como de todas las demás manifestaciones simbólicas, incluidas las obras y objetos de creación popular y muchas veces anónima, como parte indispensable e indiscutible, de las llamadas industrias culturales o más ampliamente, industrias del entretenimiento u ocio. No quiero discutir en este momento si este modelo es adecuado o perjudicial, simplemente señalo que un cambio de percepción permitiría por ejemplo ya no concebir mercados aislados o independientes, sino más bien como partes de mercados mayores o simplemente diferentes en apariencia, como por ejemplo sucede con las galerías de artes visuales y los despachos de arquitectos, agencias inmobiliarias y/o de desarrolladores. 

Finalmente, no creo que se pueda fundar un mercado exclusivo para la fotografía de modo tradicional sin tomar en cuenta algunas de las variables que aquí he mencionado y muchas otras que empujan en otros sentidos al mercado convencional. No obstante, si alguno tiene dudas respecto a la fotografía como objeto simbólico o de arte, por creer que es de menor valor respecto al de una pintura o escultura, los invitaría a visitar el site de Paris Photo y desplegar cientos de imágenes fotográficas, algunas de autores reconocidos, pero la mayoría serán nombres que vemos por vez primera, acerquémonos a la variedad de precios a la alta que piden por ellas, son estos los que sostienen al mercado tal y como lo conocemos, el que quisiéramos existiera para siempre y al que sueñan llegar todos los productores.


Publicado en Milenio Diario

Se puede ver también en www.artes2010.wodpress.com

Imagen: timeout.es

Comentarios

Entradas populares