Ley de cultura


 

La semana pasada circuló por algunas redes sociales una copia de un documento mediante el cual se somete a la consideración del H. Congreso del estado la expedición de la Ley de fomento y desarrollo de las artes, el patrimonio y los derechos culturales para el estado de Nuevo León. Lleva sello de recibido del 21 de julio de este año y está dirigido –el documento—a la presidenta de la mesa directiva del Congreso del estado, Nancy Araceli Olguín Díaz y a la presidenta de la Comisión de cultura y deportes, María Guadalupe Rodríguez Martínez. 

 Se firma como autor de la iniciativa el escritor y promotor cultural Fernando Arturo Galaviz Yeverino, quien se hace acompañar de por lo menos otras 43 firmas de diversos personajes asociados a la literatura, las artes gráficas, cinematográficas, la promoción y gestoría cultural de municipios como Monterrey, Santiago, Allende, Sabinas. Entre otros aparecen los nombres de Ramiro Garza, Andrés Bermea, Alfonso Teja, el Duende Bubulín, Salvador Aburto, Melissa Esquivel, Víctor Hugo Alanís, Rosy Elizondo Dávila, René Rojas. El documento en cuestión consta de 163 artículos y 15 transitorios. 

Esta Ley, daría lugar, entre otros asuntos, a la creación de una Secretaría de las Artes y la Cultura de Nuevo León, que vendría a sustituir –según el mismo documento- a un ya rebasado, inoperante y lesivo CONARTE. 

 En otras ocasiones, yo mismo me he manifestado por la renovación o sustitución del organismo dedicado a la atención de estos aspectos en el estado. Pero antes que eso, incluso, he pedido conocer, y en su caso elaborar, las políticas culturales del estado de Nuevo león, más allá de su intencionalidad, preocupaciones, acciones y actividades que desarrolla y que se orientan al campo de la cultura y las actividades simbólicas. 

Es decir, me surge la duda de qué es primero si la gallina o el huevo, si debe haber una política tal de la que surja el mandato de crear una Secretaría (por lo que se trataría más bien de una política de estado --no sólo de cultura-- que prevea la creación de Secretarías que atiendan sectores específicos del hacer social, comercial y político del mismo estado), o bien si es potestad de las Secretarías emitir leyes para normar sus campos específicos de acción. En todo caso, no deja de llamarme la atención que en este documento se pida la creación de la Secretaría de Cultura, de una Ley correspondiente y políticas para el área.

 Igualmente llama mi atención que en un documento como el que tratamos se incluyan aspectos tan específicos o particulares como podrían ser la restitución de una forma de operar el presupuesto (participativo) o la integración de comisiones específicas (Comisión participativa de filmaciones de Nuevo León), al lado de los capítulos en que se norma y establece la creación de la Secretaría, sus funciones, atribuciones, constitución, administración y responsabilidades, entre otros aspectos. 

Me quiero imaginar que la Comisión de cultura y deportes del Congreso, además de someter a consideración de sus demás miembros el documento presentado, hará una revisión de él línea por línea a fin de que cuadre con lo que legalmente, en forma y contenido, deba contener para presentarse a votación en el pleno del Congreso. 

Pero más importante aún me parece que esta misma iniciativa debería ser sometida, primeramente, a una discusión pública en la que participaran desde el CONARTE, todos los Municipios, una representación más amplia de la comunidad artística y cultural del estado, las universidades, organizaciones civiles y de la iniciativa privada, hasta las secretarías que fueran a fines y que se mencionan en el documento presentado y demás interesados en este debate. 

 Considero que sería erróneo y hasta un retroceso descalificar de entrada esta iniciativa sin que antes se estudiara y debatiera. Podemos o no estar de acuerdo con lo que plantea, pero más que rechazarla debería emplearse como un primer paso para la construcción o el reforzamiento de una autoridad (se puede discutir, incluso, si es necesario que exista una autoridad para estas actividades que, por naturaleza, son libres e independientes) o figura gubernamental que atienda los asuntos específicos de esta área. 

 Creo, también, que esta podría ser una buena oportunidad para que el nuevo gobierno que entrará en funciones en octubre próximo, se pregunte qué tanto interés tiene por el área y qué está dispuesto a hacer efectivamente a su favor, a qué se comprometerá los siguientes seis años, o si todo seguirá como hasta ahora lo cual también sería bueno saber.

Publicado en Milenio Diario
Imagen: prologis.mx
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com

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