Según se necesite: Dos de esta semana. De viaje y SS

 


DE VIAJE
 Es un hecho que desde la antigüedad había turismo. Mucho de lo que sabemos de aquellos tiempos, nos ha llegado, precisamente, por medio de diarios de viaje o noticias que se recogían de los lugares visitados; actividad que lejos de detenerse siguió creciendo conforme la información sobre el mundo, sus dimensiones, características físicas, zonas y civilizaciones, se fue convirtiendo en conocimiento accesible al público en general, al grado de moverlo para ver con sus propios ojos aquello que les llegaba de lejanas tierras. 

 Ni qué decir que en todo este periplo la participación de la fotografía, a partir del siglo XIX, fue fundamental; si circunscribimos su papel en tres grandes áreas nos daremos cuenta de su importancia: Primero, al dar a conocer aquello que, en principio, estaba reservado a unos cuantos sirvió de motivación para los curiosos. Dos, el beneficio que supuso el incremento en el tráfico de personas, lo que favorece el diálogo y la apertura de ideas. Tres, el aumento en la práctica de la fotografía, desde el desarrollo de lentes, películas y cajones, hasta nuevos géneros como podría ser la fotografía antropológica (con todos los males que se desprendieron de ella), por no hablar del crecimiento del mercado especializado ya fuera en la venta de artículos fotográficos, como de las mismas fotografías, aumentando el interés y público en la fotografía. 

 Hoy día es difícil pensar en un viaje o unas vacaciones sin ir acompañado por una cámara o aditamento fotográfico. Si a mediados del siglo pasado era común ver agolparse decenas de personas, armadas de cámaras fotográficas frente a espectáculos culturales o naturales, haciendo ver que para muchos es más importante la fotografía que lo fotografiado, hoy día, con los teléfonos móviles o inteligentes adaptados con cámaras cada vez de mayor calidad, esta escena es parte, precisamente, de la personalidad e identidad del turista, no hay turista sin cámara fotográfica, así como no hay lugar turístico que no sea fotografiable. 

Bill Viola. Escena de La Visitación. 1995


SS
 Como bien se sabe partir del Domingo de Ramos da inicio el calendario más importante para la cristiandad, la Semana Santa o Pasión de Jesús, que culminará con el Domingo de Resurrección. Estas jornadas y lo que en ellas sucedió han servido, desde los primeros años de nuestra era, de inspiración y motivo de innumerables obras de arte, ya se trate de pinturas, objetos rituales, esculturas y todo tipo de tallado, grabados, arquitectura e incluso cine y vídeo. No es exagerado afirmar que ningún otro evento de cualquier tipo, ha sido capaz de generar tanta creatividad y de despertar una imaginación que ha desbordado, una y otra vez, sus propios límites. 

 La aparición de la fotografía llegó en un momento especialmente difícil para la iconografía cristiana, de hecho, podría decir que aparece justo cuando estos temas ya van cediendo su lugar a los laicos y profanos. Razón, entre otras, por la que no tenemos la gran fotografía religiosa. No obstante, y sin pretender ofender a nadie, he seleccionado 9 trabajos –como puede haber muchos más-- con los que creo se pueden ilustrar estos pasajes de la historia Sagrada. 

Jon Henry. Strange Fruit, 2014-2020


La mayoría de estas fotografías aluden directamente al tema bíblico, las que no lo hacen, creo, ejemplifican el espíritu del pasaje original. Para la Anunciación escojo una de las fotografías de Duane Michals que lleva precisamente ese título. En seguida, para la escena de la Visitación, me quedo con un hermosísimo vídeo de Bill Viola de 1995. Seguiría el Natalicio de Jesús y que mejor que El Pesebre de Gertrude Käsebier de 1899. Hasta aquí, estas tres obras, sí buscar recrear el tema religioso al que se refieren, pero, por ejemplo, para Jesús niño encuentro en una foto de Flor Garduño, la imagen exacta que me trasmite la historia. Se trata de aquella en la que aparece un niño alado sentado en el dintel de un nicho y a su lado una paloma. Lo mismo, en el caso de Jesús y sus discípulos, de inmediato me viene a la mente, una escena de Mahatma Gandhi y sus seguidores, allá por 1947. De la Última Cena, me quedó con una hermosa fotografía de David LaChapelle por ser, según mi opinión, una de las mejores recreaciones contemporáneas de este tema. Para la Crucifixión seleccionaría con una de las instalaciones de Cristian Boltanski de los ochenta y para su Deposición en la tumba, una foto de la morgue de Andrés Serrano de los noventa, y para el tema de La Piedad, que mejor que una las muchas que recientemente recreó Jon Henry con motivo del Black Matter.

Publicado por Milenio Diario
Se puede ver en: www.artes2010.wordpress.com
Imágenes: dondeviajar.republica.com
guggenheim.bilbao.eus
my modernmet.com

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