Según se necesite: Una vieja pregunta

 


La semana pasada decía que, al hablar de arte, tarde o temprano, se toca el tema de la Crítica; lo mismo que en muchos de nosotros, vuelven a aparecer las típicas preguntas de ¿qué es el arte?, ¿cómo lo distinguimos de otros objetos o imágenes?, ¿cómo los evaluamos?

 Igual que hace ocho días, abordar este tema no tiene la intención de polemizar, dictar cátedra o afirmar que lo que aquí se diga es la última palabra sobre el tema, la de validez universal. Por el contrario, mi intención es aportar otro punto de vista que, en última instancia, a alguien le pueda servir para avanzar en la comprensión de este espinoso tema. 

Quizás lo primero que habría que apuntar es que lo que las imágenes u objetos que llamamos Arte lo son en un 100%, es decir, lo son o no lo son, aunque pueden dejar de serlo o llegar a serlo. En segundo lugar, su autor, su productor, su generador, debe tener la intención de hacerlo, de hacer con sus objetos o imágenes, Arte (en el caso, por ejemplo, de los Ready Made duchampianos o la caja de zapatos de Gabriel Orozco, ninguno de ellos, fueron hechos con esta intención –la de ser Arte—pero la mirada, la selección, la intervención en ellos por parte de, digamos sus segundos autores, esa sí que hace la tarea de convertirlos en Arte). En tercero, hacer o querer hacer Arte, debe tener como objetivo o fin, el comunicar (en sentido amplio), hacer llegar a otros un mensaje, una idea, una opinión, un juicio. Para que esto funcione ni forma ni tema deben ser tan innovadores que no se entiendan, ni tan convencionales o poco atractivos, que a nadie interese o resulte aburrido, parece ser que más bien ha de ser una combinación de ambos extremos, aunque ésta varíe de época en época. 

¿Con esto sería suficiente para entender qué es el arte y cómo identificarlo? No lo creo. Estamos tan lejos de ello como al principio, lo único que ha cambiado es que ahora nos hemos acercado un poco más a su naturaleza. Para tener un panorama más completo tendríamos que considerar lo que se llama la Fortuna Crítica de estos objetos o imágenes; su trayectoria, o sea, desde su salida del taller al sitio en que se encuentre actualmente; la historia de su autor y qué otros de estos objetos ha realizado; el contexto social y cultural en que se les considere Arte; el contexto histórico en el que se ubica su productor; las técnicas que se emplearon en su producción; la literatura artística (crítica, ensayos, entrevistas, reseñas, anuncios, artículos, libros) que se haya generado a partir de ese objeto o su autor; la recepción, le lectura, aceptación o rechazo que ha recibido por parte de diferentes tipos de público y un largo, largo, etcétera, etcétera. 

Ya sea por su historia (tomemos en cuenta que aceptamos la existencia de un arte prehistórico, egipcio, babilónico, o sea de culturas previas a la griega que es la que ha donado al mundo occidental las primeras definiciones de arte, lo que nos indica la antigüedad de estos objetos e imágenes), por su comercio (circulación), o sitios de exhibición (desde cavernas hasta modernos museos y/o centros de arte contemporáneo), carecemos de una única idea que nos permita no sólo avanzar en su entendimiento, sino conciliar todas las opiniones, estudios, hipótesis, sensibilidades, autoridades y demás que se han expresado y sin duda lo seguirán haciendo acerca de este tema. Quiero decir, llegados a este punto, hoy día, me parece que lo más sensato es aceptar que la pregunta ¿qué es el arte?, y sus derivados, no tiene una respuesta concluyente, sino que depende del momento en que se haga y con referencia a qué clase de objeto o imagen, principalmente si son contemporáneos (los que realmente nos interesa saber si lo son o no. Nadie se pregunta si un plato griego o un Caravaggio lo son) más una variable determinante en nuestra época, quién y por qué, para qué hace esa pregunta públicamente. 

Por mi parte prefiero seguir considerando que el Arte es un valor, un adjetivo, que se pone y quita a ciertos objetos o imágenes, según sea el interés que despierten en la sociedad, o, mejor, dicho, en determinados sectores de ciertas sociedades. Pensar así es lo que me permite entender porqué para unos un cierto objeto, acción o imagen es Arte, mientras que para otros no lo es. De nada sirve discutir en torno a conceptos como Belleza, Verdad, Perfección o Calidad, si cuando se está discutiendo qué es el Arte, esos valores, en esa época, en ese contexto, no tienen vigencia, trascendencia o simplemente importancia. Se puede avanzar mucho en la comprensión de los objetos y las imágenes si dejamos a un lado, aunque sea sólo por un momento, la idea de si son o no Arte.

Publicado originalmente en Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com

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