Según se necesite: ¿Cuándo empieza el arte contemporáneo?

 

Hélio Oiticica. Penetravel Mecaleia. 1978

La semana pasada cayó en mis manos un excelente trabajo de Andrea Giunta publicado como libro en el 2014 por Petrobras y la Fundación ArteBA, bajo el sugerente titulo de ¿Cuándo empieza el arte contemporáneo?, mucho más sugerente cuando sabemos que se refiere al arte en/de América Latina.

La pregunta lejos de ser ociosa o de pensar que ya ha sido contestada plena y satisfactoriamente, se inscribe dentro de los movimientos posestructuralistas que buscan más que una relectura, por ejemplo, de la historia de arte en América Latina, una reescritura que sea mucho más incluyente que las que conocemos. En este mismo sentido no hay que olvidar que esa América Latina, quizás con excepción de México (depende, entre otras cosas, cómo se lea la geografía del continente Americano), hizo y hace importantes aportaciones, no siempre reconocidas, al arte contemporáneo. Baste recordar, por ejemplo, a los artistas conceptuales de Brasil, Argentina y Cuba en las décadas de los 60’s- 70’s, o a los cinetistas venezolanos, y argentinos, a la nueva

arquitectura de los brasileños o los desplazamientos de la escultura por medio del trabajo de los venezolanos y colombianos. En efecto, aportaciones que no son abiertamente reconocidas por los grandes centros del arte internacional, o cuando llegan a ser mencionadas siempre es como trabajos secundarios, deudores, seguidores, cuando no simplemente imitadores.

Coincidentemente, el pasado jueves 19 pude compartir pantalla con Armando V. Flores y Rodrigo Guajardo, durante la presentación del catálogo libro por cierto, con un limpido diseño de Oscar Estrada de la Rosa e impecables reproducciones de Roberto Ortiz G.-- Félix Zapata, una vida para el arte, 1946-2008, editado por Tagu Ediciones este mismo año y producido a raíz de la exposición homenaje a Zapata montada en el Museo Metropolitano de Monterrey. En la presentación del documento, el Arq. Flores, hizo mención a la necesidad de conocer el escenario en el que se insertó Zapata como productor activo de esta ciudad, para comprender no sólo aspectos relativos a su propia obra, sino al ambiente y demás variables que estaban presentes en esos momentos y que, sin duda, tuvieron que ver, influyeron, lo mismo en Félix, que en otros tantos de sus compañeros de generación.

La historia del arte del siglo XX en nuestro país, se podría decir, sigue su propia ruta alejándose del lo que sucedía en el cono sur, aunque también distante (¿auto distante o mantenido a distancia?) de lo que sucedía primero en Europa, después en Norteamérica. De ahí que conceptos como los de Arte Moderno y Arte Contemporáneo deban manejarse con sumo cuidado y siempre referidos únicamente a su entorno, ello para no cometer equivocaciones como ver a Manuel Felguérez como uno de los introductores de la abstracción en México (¿en los 60’s?, ¿medio atrasados no?), es decir como un artista moderno, más su longevidad como productor, su obra reciente, rebasan y con mucho, los límites del Arte Moderno, ¿cómo ubicarlo entonces?

Si la revisión de cómo se ha escrito esa historia del arte en México durante en siglo XX nos demuestra la serie de huecos, omisiones, silencios y equivocaciones con que se ha procedido, ¿qué se podría decir, de lo escrito al interior del país?

Por eso es por lo que habría que prestar atención a la sugerencia de Armando Flores. El escenario del que habla es la historia del arte que por lo pronto parece sólo existir en la memoria y recuerdos de personajes centrales como lo fue él, una historia que debe ser

escrita bajo los protocolos con que se está reescribiendo la historia del arte y la historia a secasen muchas otras partes.

El valor de esta tarea radica no sólo en el conocimiento que generaría, sino en restaurar, rectificar, ese camino de olvidos pavimentado por figuras como la de Félix Zapata y compañeros de generación, sus antecesores y los que les siguieron, hasta llegar a nuestros días y comprobar que, sin ellos, lo que tenemos ahora, sería radicalmente distinto, cuando no imposible.


Publicado en Milenio Diario

Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com


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