Según se necesite. Allá en la fuente

Regresar al origen: Las fuentes de la macroplaza. Es el nombre con el que el Festival Internacional Santa Lucía dio a conocer, el pasado 6 del presente mes, el proyecto de intervención de ocho de las fuentes con que cuenta este espacio. No sé si esta es la tercera o cuarta vez que se intenta emplear este recorrido para mostrar los alcances y logros del arte público; de inicio me parece, desgraciadamente, que esta, como las anteriores, tiene más fallos que aciertos, y decirlo no es cuestión de sí me gustan o no los trabajos presentados. Por un lado, es cuestión de su pertinencia, de su empleo del espacio y de su proyección pública, y por otro, de las facilidades que los organizadores dan al público es decir a quienes supuestamente están destinados estos trabajospara su conocimiento, apreciación y gozo, y en ambos casos, creo, se falla.

En la ciudad ha habido fuentes famosas, la de los delfines que hoy se encuentra en la plaza frente a la basílica de Fátima, la fuente Monterrey, antes alberca Monterrey, antes Casa de baños, antes parte de los ojos de Santa Lucia. También tuvimos otra fuente de Neptuno, otra de Mercurio, la de la plaza de la Luz, la que estuvo frente al palacio municipal de Monterrey por años, etc. No obstante, así como que muy aficionados a las fuentes pues no, simplemente por el siniestro problema de la escases del agua, tormento con el que se vivió, precisamente hasta los años 80 ́s que son los años de construcción de la Gran Plaza, gracias a las presas Cerro Prieto primero y poco más adelante a la del Cuchillo (1994). Si a eso se refieren con el origen, está bien, aunque también podría ser al agua que es origen de la vida, pero eso ya está más lejos y abstracto.



Lo mismo podríamos decir de la primera o última de las fuentes intervenidas (depende en qué dirección se haga el recorrido), la del museo Marco al pie de la Paloma de Juan Soriano. No hay nada, ni siquiera el borbollón que debería salir, hay, eso sí, en el fondo algunas monedas que la gente por costumbre tira a la fuente, entonces...ah...¡¡¡es la fuente de los deseos!!! Muy conceptual.

De las ocho fuentes que se dicen fueron intervenidas, sólo encontré seis, no está mal el marcador, pero en este Festival siempre me sucede lo mismo, me quedo buscando a Willy. Además, y me excuso por ello, no podré citar nombres, ninguna de estas intervenciones tiene como identificarla, así que de inicio todas son de autores desconocidos.







De las seis que sí conocí, tres me parecen interesantes; otra vez la mitad, por lo que sigue a su favor el marcador. Coinciden, estas tres, en que son las que mejor interpretaron el espacio que se les asignó, es decir, entendieron como utilizar la fuente correspondiente sin alterar su entorno. Me refiero a la que da la sensación de ser una especie de lluvia sobre el espejo de agua que hay contiguo al Faro del Comercio. Las “islas” de libros que se dispusieron en la fuente del congreso, donde Diego de Montemayor señala donde habrá de nacer la ciudad Metropolitana de Monterrey, y que es un justo y correcto homenaje a la memoria de José Luis Díaz. Y la serie de exóticas y coloradas flores acuáticas que se despliegan a lo largo de la corriente de agua que cruza la explanada que lleva al museo de Historia Mexicana. Quizás su único defecto sea el material con que se fabricaron pues no hace muy buena asociación con el agua.



Del otro lado, el de las desafortunadas, se encuentra la que posiblemente sea la más torpe de todas, la que trató de hacer una intervención muy audaz, moderrrna e irreverente con la llamada Fuente de la vida o del Neptuno, un adefesio que quizás merezca mejor suerte, ya que, si era vergonzosa para una ciudadcomo Monterrey, por un tiempo, afortunadamente, lo es doblemente. Una fuente, la original, contra la que la comunidad artística de la ciudad protestó fuertemente en su momento, en un tiempo cuando eso significaba un verdadero reto y riesgo. Además, ver cubiertas de plásticos las figuras que forman la fuente, es algo que ya hemos visto con cierta frecuencia, cada que se le da mantenimiento o por necesidades de restauración, así que ni por eso sorprende.

Por el marcador final, podría decir, que esta ha sido la mejor versión de estos intentos santa luciescos. 


Publicado originalmente por Milenio Diario

Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com

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