2, 3 o +: So long Bobby; cultura, de nuevo; a la Klimt

Paul Fusco

SO LONG BOBBY.
Hace cinco días murió, a los 90 años, el fotógrafo norteamericano, Paul Fusco. Como fotoreportero cubrió, entre otros, el accidente nuclear de Chernobyl, las manifestaciones de apoyo a los pacientes con VIH, así como otras en contra de la discriminación racial. Sin embargo, es probable que sea más conocido por la impresionante serie de fotografías levantadas durante todo el trayecto de Nueva York a Washington que siguió el tren que llevaba el féretro de Robert Kennedy. Pocas veces se atestigua y registra esta clase de amor y respecto por un gobernante.

Mirada. José Ma. Sirvet

LA CULTURA, DE NUEVO.
            El día 15 del presente el Fideicomiso de Patrimonio Cultural (FIDECULTURAL) anunció que destinará 36.6 millones de pesos para la restauración de una serie de monumentos urbanos entre los que se encuentra el Arco de la Independencia y un par de esculturas de la llamada Ruta del cemento y del acero, así como edificaciones en Anáhuac, Mier y Noriega, Lampazos, Sabinas Hidalgo y Santiago.

            Llama la atención que localmente funcionen organizaciones como esta que involucran al gobierno estatal –con sus distintas dependencias, como el CONARTE--y a los municipales, quienes junto a la iniciativa privada emprenderán estas acciones a todas luces necesarias e importantes. Y llama la atención porque a nivel federal se sigue el camino opuesto, esto es, no sólo reduce los presupuestos al mínimo posible, sino que se elimina toda entidad autónoma que pueda facilitar el quehacer cultural y artístico en el país.

            A lo largo del mes, Gil Gamés, en su columna Uno hasta el fondo de este mismo diario, ha estado sacando una serie de artículos en los que da cuenta de cómo y cuánto están invirtiendo distintos países en el rescate de su aparato cultural. Por ejemplo, Canadá invertirá cerca de 326.8 millones de dólares canadienses; el conservador Reino Unido, 1.15 mil millones de Libras, y Singapur, entre otros, 55 millones de dólares singapurenses. Mientras que, en nuestro país, no sólo escuchamos que se dice con gusto que quiebren los que tengan que quebrar antes de recibir cualquier apoyo, sino que se invierte en absurdos y faraónicos proyectos dizque culturales que quizás jamás lleguen a concretarse, como el convertir en parque temático a la Javier Orozco las cuatro secciones del bosque de Chapultepec. 

            En estos momentos no hay mejor inversión con responsabilidad y sentido social, que, sin duda, aquella que se haga a favor de la cultura y las artes. Es ahora cuando las personas necesitan de la música, del cine, de la literatura, de las artes visuales y del espacio, son los únicos medios que están a salvo del discurso político (aun estén comprometidos ideológicamente), los únicos que puede ofrecer algo de paz y esperanza, amen de hacernos tolerantes y solidarios, que son bienes imprescindibles en estos tiempos de incertidumbre.


Dos retratos de la serie The Redemption


A LA KLIMNT
            Tanto la obra de Sherrie Levine, como la de Richard Prince, me emocionan, interesan, me gustan, pero no sucede así con todas las apropiaciones. Lo mismo me sucede con las Combine Paintings de Rauschenberg, me parecen una innovación fundamental en el arte contemporáneo, pero no pienso lo mismo de cualquier obra hibrida. Menciono ambos casos porque he dado con una serie de retratos de la fotógrafa Tawny Chatmon en los que combina la fotografía de niños vistiendo ropajes pintados o, más bien, decorados con motivos sacados de las pinturas del vienes Gustav Klimt. Supongamos que el detalle es simpático y que muchos padres quisieran uno similar con sus hijos. El problema está en que no se sabe qué apreciar, el retrato (la fotografía), el vestuario (la pintura) o los elaborados peinados (la producción) con que se presentan estas niñas. El resultado, sin duda, es atractivo, pero confuso, lo único que pudiera salvarlos es que esta es la manera de trabajar de Chatmon, buscando combinar la fotografía con medios pictóricos y creando ambientes fantásticos con los cuales rodea los retratos. Tienen otro atractivo, todas las aplicaciones a la Klimt que vemos en ellos, son de oro verdadero, por lo que las piezas valen lo que se ve en ellas. Flaco favor para estas obras, sin embargo, muy importante para el gran público.


Se publicó originalmente en Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com
Imágenes: loeildelaphotographie.com
mexicoenfotos.com
tawnychatmon.com

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