La transformación


Por estos tiempos esta será mi primera reseña hecha a la distancia. No me refiero a escribirla como todas las semanas, si de hablar de una exposición que solo llegué a conocer por medios electrónicos. Me referiré a la muestra de Alejandrina Herrera intitulada Lost & Found, inaugurada en la Galería Drexel el pasado día 12, justo antes de que el Covid-19 se insertara en nuestra cotidianeidad. Agrego que simultáneamente se inauguró Puzzling Realm, de Cassandra de Santiago, una productora que se ve es de una solvencia sobresaliente. Desgraciadamente, de ella no podré extender nada, puesto que no he visto, ni física ni digitalmente, la obra que presentó. Por cierto, no es idea mía ya que algunas galerías en los Estados Unidos y Europa lo están haciendo, pero sería bueno que museos, centros culturales, galerías y demás, mientras estén cerrados, presentaran en sus páginas videos, aunque fueran caseros, que mostrarán sus exposiciones en curso, o bien a los productores que representan, sus adquisiciones más importantes, etc. de esta otra manera mantendrían el interés no sólo de quienes son su público habitual, sino de todos aquellos que ahora, por necesidad, deben pasar más tiempo en casa.



A diferencia de su compañera de espacio, Cassandra de Santiago, quien es pintora, Alejandrina ha destacado desde el inicio de su carrera como dibujante de excepción y esta es, sin duda, una de esas exhibiciones en que se corrobora tanto la personalidad, el talento, temperamento y motivación del productor, como la calidad y propuesta de su obra. La exhibición se compone de 10 dibujos de gran tamaño, una acuarela, 2 pequeñas esculturas de porcelana (cabezas de muñeca) y una instalación armada a partir de los cabos de lápiz (1-2cms.) que fueron quedando conforme se avanzaba en el proyecto de la exposición y que tuvo una duración aproximada de un año.

Por el espacio, quisiera tocar únicamente dos aspectos presentes en estas como en otras obras de Alejandrina. Un trabajo como el suyo, no podría llevarse a cabo sin el auxilio del modelo real o bien de la fotografía, esta le permite, sobre aquel, concentrarse en la pose y otros aspectos formales que ya posee (iluminación, escala, perspectiva, volumen, etc.) en lugar de mantener bajo esas mismas condiciones al modelo. Esta relación con la fotografía se ve reforzada, además, por trabajar –dibujar-- exclusivamente en la escala de grises, lo cual no debe llevarnos a pensar en ellos –los dibujos-- como si de copias dibujadas se tratara, pues en realidad, la misma relación, le permite ir más allá de la fotografía la cual en sus dibujos se transforma, cobra otras dimensiones, atiende aspectos aislados, acentúa o disminuye rasgos, elimina detalles, agrega nuevos, etc., pero lejos están de ser lo mismo, lo que hace que estas piezas, por lo pronto y por su presencia formal, nos parezcan inquietantemente familiares.


Lost & Found, lo perdido y encontrado. Por lo que se ve, podríamos decir que lo que en algún momento Herrera pudo sentir como perdido, ahora lo recupera a través de la visión de algunos juguetes con los que, supuestamente y en algún momento dado, jugó y convivió. Pero de ser así, ¿por qué no son una imagen radiante, idílica con la que asociamos la niñez? Independientemente de si la imagen que guardamos de esos momentos, de nuestra niñez, es de amor y alegría, los recuerdos e imágenes que pudo haber tenido Alejandrina de ese periodo, aquí los ha tamizado no por su recuerdo, sino a través de un sentimiento, o, mejor dicho, de una serie de sentimientos que se han de agolpar justo después de vivir, de transitar por una experiencia total como debe ser la del parto. Las imágenes que nos ofrece Alejandrina no son las de los juguetes que tuvo o deseó, son el rescate que hace de quien fue ella antes y quien es hoy, después de dar a luz. Como en todo rescate hay algo que se pierde, que se paga, que se queda del otro lado, aquí la novedad, el brillo, lo atractivo que tuvieron esos juguetes en su momento, en estas imágenes, ha desaparecido puesto que esa perdida es la cuota que hay que pagar al transformarnos en otra persona.

Publicado por Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com


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