Cinco de Cinco
Entiendo la pintura y otras prácticas
representativas (dibujo, gráfica, fotografía, vídeo) como intentos por recrear
la que por medio de la vista conocemos y experimentamos. Más difícil me resulta
entender los propósitos de la escultura (aun la clásica) y no digamos los de la
música.
Desde que Rosalind Krauss introdujo la tesis acerca
del campo expandido de la escultura, empezamos a verla y comprenderla de una
manera diferente. La intención de Krauss fue hacernos entender como la
escultura se había “desdoblado” en muchas otras manifestaciones, desde la
Perfomance, hasta la mismísima arquitectura, pasando por el Land-art y las
intervenciones urbanas. Estos desplazamientos más la propia naturaleza del
objeto escultórico lo convierten más en una expresión espacial que visual, es
decir, la valoración y apreciación de la escultura ha de venir no de lo que
muestra –lo que vemos “en” ella—sino de la manera en que ocupa, ataca, al
espacio. Sólo para que quede registrado, al hablar del espacio no lo hacemos
como si este fuera uno, homogéneo, sino que existen diferentes dimensiones a
considerar, mencionemos, dos, el espacio negativo y el espacio desplazado u
ocupado.
José Castro Leñero. Arqueología urbano.2020 |
Mas no todas las esculturas contemporáneas son
ornamentales, efímeras o monumentales, como tampoco lo son en exclusiva réplica
de objetos cotidianos o los mismos objetos solo que total o parcialmente
intervenidos. Hay otro tipo de escultura, quizás más cercana a sus antecedentes
modernos, aunque los rebasa por su acentuado carácter de objeto en el espacio,
antes que por su capacidad narrativa o representativa.
Javier del Cueto.Columna de pájaros 3. 2019-2020 |
Desde los años heroicos de la escultura en cerámica que vivimos en Monterrey, digamos que, durante las dos últimas décadas del siglo XX, no había vuelto a ver, según mi criterio, claro está, una exposición de escultura cerámica tan excitante como la montada por la galería Drexel y abierta al público a partir del pasado 30 de enero. Entre cinco, presenta la obra de Gerardo Azcúnaga, José Castro Leñero, Javier del Cueto, Román Garza y Mauricio Guajardo.
Roman Garza. Fragmentu Noctis. 2020 |
Aun y cuando pudiera decirse que lo único en común que tienen estos cinco productores es que trabajan con cerámica, se estaría faltando a la naturaleza del material, pues no hay nada semejante entre ellos en la manera en que abordan su trabajo empleando la arcilla. Creo que esta es, sino la principal, sí una de las más importantes características de la cerámica o porque no decirlo, del barro cocido, su gran mimetismo o capacidad de adaptarse a distintas situaciones, necesidades y requerimientos.
Mauricio Guajardo. Tramontana. 2019 |
En una exposición de estas características, en
donde ninguna pieza va a la zaga de las demás, es muy complicado hablar de uno
o dos productores sobresaliente, sin embargo, yo me voy a arriesgar para
mencionar a Gerardo Azcúnaga y el que para mi ha resultado ser una auténtica revelación,
Mauricio Guajardo. Nada más antagónico que las piezas de ambos y sin embargo
que cerca están unas de las otras. Me explico, desde hace tiempo, Azcúnaga ha
optado por explorar y explotar una estética casi del horror, de lo torturado,
de lo contrahecho, de lo pútrido, y en ese sentido ha logrado sacar de la
cerámica esa parte terrosa, gruesa, escamosa, de epidermis enferma, que ahora
completa con aplicaciones de cabello humano lo que convierte sus esculturas en
seres más execrables, a los cuales solo les falta escurrir algún líquido y
tener leves contracciones sino es que hasta sonidos estertóreos. Y, sin
embargo, qué atractivas resultan ser, técnicamente impecables, son exactamente,
el objeto que Azcúnaga quiso crear.
Gerardo Azcúnaga. Espiga. 2020 |
Por el contrario, refinamiento, exquisitez,
balance, pureza, serían los adjetivos que mejor califican lo hecho por
Guajardo. Las atractivas formas orgánicas que nos ofrece el productor son el
resultado de una depurada técnica en la que se combina el modelado de la pasta
con su fórmula que incluye ceniza de hueso. Un tenue multicolor cubre estas
suaves y tersas superficies, que sin duda vienen a enriquecer el mundo de los
objetos que nos acompañan, privilegio de la escultura.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com
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