Montañas que ven (II de II)



QEPD el Maestro Gilberto
Aceves Navarro.

La fotografía es una herramienta para tratar con cosas que todos conocen, pero a las que nadie presta atención. Mis fotografías se proponen representar algo que ustedes no ven.
-Emmet Gowin.

            Hace unas semanas, al abordar la exposición de Juan José Herrera, Abismal, afirmé que en Monterrey no había más de cinco o seis fotógrafos de calidad; no creo que nadie se oponga si ubico a Roberto Ortiz Giacomán entre ellos, si no es que a la cabeza. La muestra Sombras en el paisaje (Fototeca del Centro de las Artes, Parque Fundidora) presenta material de sobra con que argumentar a favor de esta observación.

            Decir que ella es de fotografías de paisaje, no es mucho decir. Siendo uno de los primeros géneros que se desarrollaron con el nuevo medio y heredero de una rica tradición pictórica, el paisaje, como tal, de cara sobretodo a la producción amateur contemporánea, es un tema común y corriente, con muy poco que ofrecer. ¿Qué es entonces lo que distingue el trabajo de Ortiz Giacomán? Desgraciadamente, no hay espacio suficiente para desarrollar la idea por completo, pero yo diría que estos paisajes forman parte de un Nuevo Pictorialismo (semejante al que vemos en pintura, Kehide Wiley, o en retratos fotográficos como lo de Deana Lawson o Tyler Mitchel). 

Sotol de Rinconada, 2011

Se trata de afanes o iniciativas por incorporar el diseño, la decoración, el ornamento a un tema central, en este caso el paisaje, para embellecerlo, para hacer más evidentes sus cualidades formales. No es casualidad que la mayor parte de los paisajes de Ortiz sean auténticos panoramas, o sea representaciones desde un punto de vista privilegiado que permite contemplar una vasta zona. Pero no es sólo esta belleza creada por el fotógrafo la que está presente en estas vistas, siempre o casi siempre, si uno se fija, al fondo, al pie de las sierras, en los valles lejanos, se alcanza a ver algo como una costra que va rodeando y destruyendo esos montes con excavaciones, carreteras, canteras, calles, bodegas, almacenes, y finalmente casas y edificios; son la prueba de lo que sucede cuando se encuentra el hombre con la naturaleza en desigualdad de condiciones. Aun en el paraíso hay espacio para la fealdad, lo trágico, lo grotesco. Esto es lo que hace distintos a los paisajes de Ortiz, su tema no es el Cerro de las Mitras, La Huasteca, la Popa o el Sapo, sino algo que va más allá de ellos y que compete lo mismo a la naturaleza que a nosotros mismos, el Antropoceno. Luego entonces estos hermosos panoramas no son más que representaciones de este nuevo periodo que vivimos caracterizado por los efectos físicos de la acción del hombre en la tierra.

Nido a Huasteca II, 2018

       Probablemente empezó en el momento en que Ortiz Giacomán, notó cómo se proyectaba contra el vacío o sobre el paisaje la sombra de la montaña, y como por este fenómeno óptico se alteraba el paisaje al contar con otro elemento que hacía un momento no estaba ahí. Esta nueva versión del paisaje, sólo puede ser percibida por unos pocos, por muy corto tiempo y bajo ciertas condiciones. Así pues, el fotógrafo decidió hacer de estas imágenes fantasmales, hechos concretos, visibles y accesibles a todos, ahora, gracias a la fotografía.  Es un gesto surrealista, semejante al Torso rayado de Man Ray, o los dobles nocturnos de Brasaï, tan ciertas, tan verdaderas son estas formas que ahí, en la fotografía podemos verlas con toda claridad, recomponiendo nuestra percepción del paisaje.

Orizaba, 1990

  De la sombra de las montañas, a la suya no hay mucha distancia, sólo que para mi, a diferencia de lo que bien dice Juan Antonio Molina, curador de la exposición, se trata de dar vida al espíritu de las montañas y que es quien emplea los ojos de Ortiz, para vernos desde allá, para fotografiar cómo es que nos ve.

Gordo, Falaz y Cruzado, 2000

            Ya lo decía, es una pena no contar con más espacio para un mejor desarrollo de estas ideas. De cualquier forma, espero sea suficiente como para incitar a muchos a visitar una exposición en donde hay mucho que ver, pero también que aprender, quizás lo más valioso de ella, cualidad difícil de lograr en estos días.

Publicado por Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com

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