Antiguos Vs. Modernos

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Hombre barbado. Inicios del siglo VI a.C. Chipre |
La llamada Querelle, fue la divisa bajo la cual se
encontraron y confrontaron, a partir del siglo XVIII, dos versiones distintas
sobre qué y cómo debía ser el arte. Los Antiguos representados por el arte
clásico, los modernos por tendencias que apuntaban no a la superación de un
arte formal y canónico, sino a su substitución por nuevas corrientes de
pensamiento como lo sería el Romanticismo.
Obviamente,
no pretendo entrar en esta discusión, ni siquiera exponer y explicar los
argumentos de uno y otro bando, sino más bien la he empleado como motivo o
excusa para presentar las principales razones de la decisión que creo todos los
que nos dedicamos a estos temas, tenemos o tendríamos que tomar en alguna
ocasión en nombre de la honradez intelectual: se está a favor de los Antiguos o
de los Modernos. Ojo llevar a cabo esta decisión no implica necesariamente que
se esté en contra de la postura opuesta.
Por
muchos motivos que no viene al caso tratar ahora, yo me decantó por los
Antiguos. Pero no sólo por los y las autoras de la antigüedad, sino por todo
aquel productor capaz de generar un arte clásico que, para simplificar, sería
aquel que es modelo o resultado de la aplicación del modelo. Con esta precisión
lo que quiero establecer es que al decir que mis preferencias están con los
Antiguos, estas no se circunscriben, forzosamente, a un cierto periodo de
tiempo, sino que se puede encontrar en cualquier otro, incluido, por supuesto,
el presente.
Aunque
no es reciente, mi decisión se precipitó los últimos días, al visitar, una vez
más, el Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York. Antes, ya me había sucedido que en lugar de
buscar al arte modero en cualquiera de sus periodos del siglo XIX al XX,
prefería repasar las salas griegas, romanas, babilónicas o las de esa amplia
zona que ellos denominan Non-Western Art.
En esta ocasión, aunque ya había pasado por esa sala muchas veces, me atrapó –y
es casi literal—la cabeza, en piedra caliza, de un hombre barbado fechada a
principios del siglo VI a.C., proveniente de las culturas antiguas de Chipre.
Se trata de la representación del que fuera probablemente un alto dignatario o
sacerdote, lleva un simple tocado y la barba arreglada en rulos en su parte
inferior. El caballero expresa lo que algunos especialistas llaman la “sonrisa arcaica”,
o sea, al parecer está sonriente, aunque según ciertos autores se trata más
bien de una deficiencia técnica ya que los escultores de ese entonces no sabían
cómo realizar una boca de otra manera que no fuera sonriendo. Sea correcta o no
esta observación, fue precisamente al estar contemplando e intentando entender esa
sonrisa, que la pieza me hizo sentir un escalofrió como muy pocas veces había
sentido antes.
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Sarcófago Amathus. Segundo cuarto del siglo V a.C. Chipre |
Si
este rostro me impresionó, el llamado Sarcófago
de Amathus, especialmente uno de sus dos relieves frontales, me dejó prácticamente
sin habla. Es una representación enmarcada por complicados adornos florales que
en el centro nos muestra una procesión de carros tirados por caballos
elegantemente ataviados, pero lo más sorprendente es que cada carro va
conducido por un personaje que lleva atrás de él un sirviente que lo va
cubriéndolo con una especie de sombrilla o parasol vegetal resguardándolo del
calor. Este sólo detalle es más que suficiente para llevar a cabo toda clase de
especulaciones sobre la clase de sociedad que eran estos pueblos remotos. Pero
precisamente, por estos detalles y todo lo que nos permiten pensar acerca de su
constitución y vida social, así como en el caso del hombre barbado que nos
sonríe desde hace 26 mil o más años, es lo que las convierte en piezas
terriblemente contemporáneas, sus gestos, actitudes y actividades no están nada
lejos de lo mismo que nosotros hacemos. En resumen, ambas piezas me refuerzan
la certidumbre en un ser humano único, pero lo suficientemente diverso como
para no dejar de sorprendernos, lo que hasta el momento ninguna obra de las
llamadas contemporáneas ha logrado provocar en mi.
Publicado por Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com
Imágenes: www.metmuseum,org
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