Reflexiones al margen


Desde que tengo idea de estos temas, no recuerdo haber vivido un sexenio de prosperidad y bienestar generalizado; antes de esto, creo que igualmente nunca escuché a mi padre hablar de bonanza o estabilidad económica del país, o sea, que este estado de cosas ya tiene un buen rato.

            Hoy día, el país se enfrenta, en verdad, a una profunda transformación que de no hacer nada nos acabará por hundir en la ineptitud, la irracionalidad, el culto a la personalidad, la post-verdad, la demagogia como regla y lógica de gobierno. Es verdad que en tres meses sería utópico esperar cambios, ya no digamos espectaculares, sino en la dirección deseada, es decir encaminados al bienestar, la paz, el desarrollo de todo el país. Pero igualmente cierto es que, como dice el dicho, para muestra un botón y para que el botón funcione y sea evidencia de una tendencia, de un modo de gobernar, de tomar decisiones, es necesario que todos, en todo momento y en todo lugar, asumamos una actitud crítica, objetiva, basada en los hechos y no en su percepción o las emociones y sentimientos que puedan suscitar. Sólo así se podría enfrentar la falsa agenda de las mañaneras y su ejercito de blogeros.

            Decía mi madre “Ay, mi hijito y a ti qué te importa, en qué te afecta…” Y, años más tarde escuchaba el consejo de un buen amigo: “Si no te afecta en tu espacio vital, ni en tu trabajo, qué te importa, que siga como siga”. Por actitudes como estas, desgraciadamente, hoy estamos ante la 4T que puede devenir realmente en catastrófica.

            El pasado 10 de mayo tuve el infortunio de ver la intervención de la sra. Elena Poniatowska en la mañanera de ese día (hasta esta denominación se nos ha impuesto para hablar de las mal llamadas ruedas de prensa que el Sr. López y secretarios invitados, ofrecen todos los días). No tengo nada en contra de quienes expresan su gusto y aplauso por este gobierno, de quienes, de hecho, no pierden oportunidad para hablar bien del Sr. López, pero eso es una cosa y otra bien diferente, lo que ha hecho esta señora porque su actuación está dirigida, precisamente a manipular los aspectos más irracionales de la vida nacional, que en su boca se manifestaron con la reunión del sentimentalismo con que vivimos el día de las madres, y la emoción que le provoca el Sr. López y su gobierno.

            Nada más grotesco que haber visto y escuchado ese día a Elenita elevar una oración a su madrecita diciéndole lo contenta que estaría de ver a López en el poder, y su querido México marchar, ahora sí, por el camino correcto. Sólo le faltó entornar los ojos como Santa Teresa en la versión de Bernini para que el cuadro hubiera llevado al paroxismo total a todos los asistentes ante la complaciente y salvífica sonrisa de su tlatoani todopoderoso.

            Que la sra. Poniatowska declaré, como muchos otros intelectuales lo han hecho, a favor de este señor y su gobierno, no tiene nada de malo, es lícito y está protegido por la ley, lo que me parece hay que cuestionar y no dejar pasar, es que se valgan de la plataforma que los medios les dan para hacer ese tipo de planteamientos, que son, insisto, un llamado a la irracionalidad, al sentimentalismo más barato, al sometimiento ante la autoridad. Elementos que, en estos días, valen más a los ojos de una gran mayoría que los ratings de las calificadoras o los informes de crecimiento económico, incluso, del Banco de México.

            Tengo la misma opinión respecto a los videos que han circulado de Jesusa Rodríguez. No puedo dejar de ver en ellos una candidez y chabacanería supinas que de otra manera acabarían dándome risa, pero de inmediato recuerdo que se trata de una senadora de la república y que tiene la mejor tribuna del país para legislar sobre los temas que le interesan y preocupan, y no, haciéndolos parecer ocurrencias del momento, sueños de opio o manifestaciones de vejez. Creo que se le debería exigir estar a la altura de la representación que ocupa. Lejos estoy de tener la razón y de ser mi postura la correcta, pero creo es mejor arriesgarse, que dejar pasar el tiempo o cruzar los dedos para que no suceda nada.

Publicado originalmente en Milenio Diario
Se puede ver en: https://artes2010.wordpress.com
Imagen: https://news.culturacolectiva.com

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