Yo, el artista

Alberto Durero.Autorretrato a los 28 años. 1500

Sir Ernst Gombrich inicia su aclamada Historia del Arte, afirmando que no hay arte sino artistas, o lo que es lo mismo, arte es lo que hacen los artistas y a partir de ahí, desde esta perspectiva, ajustó todos sus estudios, ayudando así a consolidar no sólo la historia del arte, sino, principalmente, la psicología del arte, con el plus de haber tomando en cuenta también el papel del espectador. En resumen, arte es lo que hacen los artistas para un público y en esa comunicación van involucradas un sinnúmero de actividades psicológicas, desde las implícitas en los procesos de percepción, hasta las que tienen que ver con la psicología social.

            Sin negar la profundidad del enfoque que Gombrich dio a sus trabajos y sus múltiples aportaciones, lo que hace al tomar al artista como centro de su reflexión sobre el arte, es sumarse a una muy rica tradición que en efecto se apoya en esta idea –o similares—para explicar, teorizar e historiar lo que por ahora seguiremos llamando simplemente arte. Tradición que en la época moderna (para no remontarnos a griegos y romanos) arranca con las famosas Vite de Giorgio Vasari en el siglo XVI. Es. entonces, en pleno esplendor del Renacimiento que nace para la historiografía moderna del arte la figura del artista, y con él todo lo que implica como persona y ser histórico social, como el elemento fundamental para que se de o aparezca, eso que llamamos arte y que desde entonces se distingue de cualquier otra actividad.

            A pesar de su prestigio y del apoyo recibido, este personaje, el artista, ha pasado de ser figura central a marginado social, de épocas de esplendor a momentos obscuros, e incluso no han faltado intentos serios por echarlos de la mismísima historia del arte (i.e. Frederick Antal) por considerarlos más un elemento de distracción que claves en la explicación del arte.

            En lo personal, sin llegar a ser tan radical, creo que en la actualidad equivocadamente volvemos a sobrevalorar la figura del artista. Es, sin lugar a dudas, importante que exista un productor y que tenga la intención de comunicar algo, lo que fuere consciente o inconscientemente, a través de lo que hace (manual o intelectualmente), pero con eso no basta porque lo mismo pretende un contador, un médico, un alfarero, luego entonces, aunque necesario, no es suficiente para que aparezcan esos que ahora llamaré objetos simbólicos para una determinada cultura, aca Arte. No es este el espacio ni el momento para adentrarnos en estas reflexiones, sólo agrego que, desde mi punto de vista, el Arte depende más de una dinámica socio-cultural, que de la mera voluntad de una persona, llámese como se llame.

            Este tipo de discusiones, que no son nuevas por otra parte, tienen diversas repercusiones, dependiendo de cómo se entienda y asuma este punto de partida, será el rumbo y características del resto de consideraciones que se hagan sobre este fenómeno que es el arte, desde las relativas a la educación hasta las políticas públicas y/o privadas que se tomen y establezcan al respecto.

            Veamos, aun sea brevemente, lo relativo a la educación. Partimos del principio de que como cualquier otra actividad o práctica hay una serie de conocimientos y habilidades que deben ser transmitidos y aprendidos (aunque sea solo en primera instancia) por aquel, aquellos, que tienen interés en sumarse a una comunidad en particular, la de los alarifes o arquitectos, los sastres, los astrónomos, los dentistas, etc., pero ¿cómo se le enseña a un artista a hacer arte? Se le puede enseñar a una persona a pintar, a otra a esculpir, a ambas a dibujar, pero ¿lo que hagan ya será arte?, de no ser así ¿cuándo habrá de serlo? Como se ve se trata de cuestionamientos que tienen que ver no solo con la enseñanza-aprendizaje, sino más bien con lo que entendamos por artistas y por arte en sí mismo. Tengo para mi que, irreflexivamente, hoy día más que querer educar a pintores, grabadores o fotógrafos, queremos hacer artistas. En los términos que aquí hemos planteado ¿en verdad se podrá hacer, es decir, enseñar a hacer arte?

Publicado originalmente en Milenio Diario
Se puede ver también en: www.artes2010.wordpress.com
Imagen: www.wikiart.org



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