Presente, pasado y futuro
Escribo desde el
presente acerca de mi pasado para la construcción de un futuro.
Nadie pone en duda lo difícil,
complicado y ambiguo que será este año que recién inicia. Como cada seis años
que se celebran elecciones presidenciales, se abre un espacio de incertidumbre
propio para la especulación, la ganancia en río revuelto, y la difusión de
mensajes, ciertos, falsos o alternativos, pero todos tendientes a obtener algo
de los demás o a negárselos.
Si todos los años, los presupuestos
destinados a las actividades culturales, públicos y privados, sufren mermas
importantes, en este, en el que las campañas se convierten en auténticos hoyos
negros, los dineros que lleguen a ellas serán poco más que migajas, solo para,
como cada seis años, volver a empezar de cero con el siguiente gobierno en
turno.
Quizás este aspecto sea uno de los
más criticables del año que acabamos de dejar. Hablo de la reducción en los
presupuestos destinados al CONARTE, el presunto rector de las actividades
culturales en el estado. Cierto es que han hecho esfuerzos por aumentar la
cantidad y calidad en sus actividades, lo reprobable es que se comprometan a continuar
con ellas, sino es que a incrementarlas, a pesar de que contarán con menos recursos,
si esto es verdad ¿entonces para qué quisieran más presupuesto?, o ¿quiere
decir que han hecho un mal uso de los recursos con que se les ha dotado, o que
están dispuestos a continuar laborando de la misma manera o incluso mejor,
castigando salarios y prestaciones que ya de por sí son miserables?
Aunque trato de entender el espíritu
de declaraciones como esta, creo que son fatales como estrategia pues además de
dispararse en el pie otorgan a las autoridades correspondientes los argumentos para
seguir recortando los fondos destinados a este que debiera ser uno de los
rubros con mayor presupuesto dada la importancia social con que cuenta.
Igualmente, tautológico es creer que
por tener más actividades tienes más público, lo cual parecería lógico, pero no
es así, lo único que sucede es que distribuyes a tu público entre más actividades
pero no es que lo hayas incrementado, y suponiendo que se trate de asistentes
distintos tampoco significa que, en automático, sean nuevo público que atenderá
la oferta cultural que se le haga. En este sentido, la creación de públicos
continúa siendo una de las principales prioridades. Sí es importante contar con
más actividades pero que hay hacer que ellas creen o aniden nuevos públicos y
para eso se necesita de la implementación y operación de políticas que estén
orientadas a ese fin, y no sólo ofrecer unos cuantos cursos de
orientación-sensibilización.
En materia de exposiciones habría
que destacar, según mi parecer, las de Vik Muñiz y Tamayo en el MARCO, así como
la de Candida Höfer en la Fototeca del Centro de las Artes. También resultó
relevante el 3er. Concurso de Fotografía
Contemporánea de México, así como la celebración del XV Encuentro de Fotografía. Entiendo que por razones presupuestales
se hayan llevado a cabo simultáneamente, pero sería preferible se realizaran en
momentos diferentes para que se pudieran evaluar independientemente; el citado concurso
se merece un análisis profundo y serio de sus alcances y procedimientos, así
como el encuentro se podría acompañar de mejores exposiciones.
La actividad en las galerías sigue
siendo incierta y discontinua. Han aparecido nuevos espacios que junto a los que
han logrado sobrevivir hacen esfuerzos por sostener un mercado que se alimenta
principalmente de piezas foráneas. Qué mejor sería que contar con un mercado
sólido y formal, pero me temo que los tiempos y los nuevos medios son sus
peores enemigos, o, mejor dicho, sus nuevos enemigos, pues a éstos hay que
sumarle su proverbial falta de formalidad y de políticas comunes que favorezcan
tanto a ellas, como a los productores que se les siguen acercando.
Para mañana, ya lo he dicho, no
espero mucho dado el año electoral que tenemos frente a nosotros, pero sí algo
quisiera, sería evitar por todos los medios la creación de nuevos museos; que
se le quitará esa tentación tanto al gobierno estatal con su fumado museo del
futuro de Nuevo León, como al gobierno municipal de San Pedro y el museo que
pretende construir su alcalde. En otro momento y condiciones se aplaudiría este
deseo por dotar a la ciudad de más centro culturales, pero la verdad es que de
llevarse a cabo lo único que estarían heredando sería una muy pesada deuda para
sus respectivos relevos, pues no importa que se pague por completo la obra en
esta administración, sino que lo pesado de un museo, el gasto más oneroso es su
mantenimiento, no el de escobas y trapeadores, sino el pago de nóminas,
renovación de equipo de seguridad, de catalogación, de administración, y la
contratación de nuevas y cada vez más ambiciosas exposiciones con todo lo que implican.
Si eso se deja asegurado a futuro, bienvenidas estas y cualquier otra nueva
iniciativa en este sentido, si no es así, mejor destinar lo que se tiene
contemplado invertir en la consolidación y mantenimiento de los espacios
existentes, que bien que lo necesitan, con lo que regresamos al punto de donde
partimos, los magros presupuestos destinados a esta área.
Publicado originalmente en Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpress.com



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