Contras
A principios de mes se abrió al público, en el Museo de Arte Contemporáneo, MARCO, la muestra intitulada Contracultura, formada con la obra de tres productores, Tania Candiani, Zhivago Duncan y Omar Gámez. Leer el título y lo que pretende la exposición, me llevó a recordar (cosa que quizás no suceda con la mayoría de los lectores), a los Contras o grupos de resistencia paramilitar organizados y sostenidos por los Estados Unidos para enfrentar al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FZNL), allá, en la Nicaragua de finales de los 70`s y principios de los 90’s.
Como conocimiento general digamos que el término Contra no tiene un uso y significado único, ya que puede emplearse como preposición (pro y contra), como sustantivo (paramilitar nicaragüense) o como prefijo (precisamente, contracultura). También suele usarse como sinónimo de contrariedad, desventaja o inconveniente. Por mi parte, entiendo el uso de la palabra Contra para designar lo que va en sentido opuesto a la mayoría, lo que va a contracorriente, aunque por sí mismo no tiene ninguna otra función o valor.
Siguiendo estos comentarios y buscando un sentido más profundo a la exposición que comento, me topo con algunas variantes que tienen en común, por ejemplo, el que parece ser su rasgo más distintivo, ser no solo contrarios, opuestos, sino alternativos, una opción que surja de la crítica a lo convencional, estándar u oficial.
Para sintetizar ideas y no ir más allá de la segunda mitad del siglo XX, para explorar una de las vetas genética del arte contemporáneo, empecemos por la llamada Generación Beat de los años 40 y 50, seguida de los Beatniks (50’s-60’s) extensión más bien fabricada a partir de los primeros.
De mediados de la década de los 50’s, dos términos. En primer lugar, Underground, que sería lo que se manifiesta pero ante un público no convencional, extravagante, informal, opuesto a los cánones, abarca, prácticamente, a todas las manifestaciones artísticas.
Le sigue una idea más amplia y es posible que eso le haya dado la posibilidad de mantener hasta nuestros días su vigencia o capacidad descriptiva, me refiero al par Establishment anti-Establishment, concepto que empezó a emplearse a partir de 1955. Es más potente que los anteriores porque se refiere a grupos sociales específicos, elites, que poseen y manipulan cadenas completas o parciales de producción en las que imponen, incluso un mismo gusto.
Identificados los procesos empleados e implícitos en la sociedad, más sencillo es identificar y señalar a qué fenómenos se refiere la crítica o a cuáles se debe dirigir.
Los tres productores que nos presenta el MARCO pretenden pertenecer a esta tradición, viéndolos desde la perspectiva que nos ofrece el concepto Contra es muy difícil coincidir, pues, a su vez, pertenecen a otras tantas tradiciones que se deben a su resistencia a ser asimilados dentro de corrientes, estilos, prácticas hegemónicas, por lo que no hacen más que seguir su propio canón, y es lo que todo movimiento contemporáneo hace.
De todo corazón, que tengan una muy feliz Nochevieja que presagie un mejor año nuevo. ¡Felicidades!!!
Publicado en Milenio Diario
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