Imagen de América Latina


 

Se presenta la oportunidad de extender el comentario que hacíamos la semana pasada sobre la identidad de México y su construcción a través de la imagen cualesquiera que fuera, lo mismo la de un comercial, que, de un espectacular, o una exposición de arte, al ver de nuevo el tema, ahora lo haremos en el ámbito de lo que se identifica como América Latina.

 El pasado 6 de septiembre se inauguró en la Casa de la Cultura de San Pedro, Garza García, la muestra del 1.er. Festival internacional Foto Latina 2022, organizada, entre otros, por la comunidad Terapia Fotográfica que funciona a nivel latinoamericano. Se trata de una colección de más de 80 reproducciones en color y B&N, todas con las mismas medidas, 40 x 50 cm, impresas, creo, digitalmente en papel no fotográfico y expuestas sin maría luisa, marco o cristal, únicamente sostenidas en lo horizontal por tiras de cartón que aprisionan el papel que va engrapado a ellas. Participan fotógrafos de México, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia. 

 Si hace una semana cuestionábamos la vigencia de ciertas imágenes que se volvieron icónicas de la identidad nacional y decíamos que difícilmente hoy se encontrarían otras que las sustituyeran, viendo esta muestra, que por más mala que fuera, no deja de ser representativa al menos de un grupo de productores que se encuentran activos en sus respectivos países, más complicado se hace, me parece, hablar de una imagen de América Latina (se entiende que sería un conjunto de imágenes con las que se construiría una identidad Latino Americana, de las que surgiría esa identidad, o con las que se podría construir una cierta identidad). 

 Cierto es que tras nosotros hay una historia común o similar, que hablamos un mismo idioma, (salvo el caso del Brasil, lo que introduce una diferencia entre Hispano América y Latino América) que hay una religión mayoritaria, y culturas contemporáneas híbridas. Pero también lo es que hay otros aspectos que nos diferencian claramente, ya mencionamos el tema del idioma, pero podríamos hablar de la geografía (no es lo mismo el Caribe que Centro América, como tampoco que Sud América y sus dos gigantes, Brasil y Argentina), de las dimensiones del Subcontinente o de cada país, o las distancia que median entre el río Bravo y el de La Plata. Sumémosle el tema de la política y la organización social, casi podríamos decir que cada cual entiende por democracia lo que le dicta su práctica política y que sus sociedades están organizadas por entrecruces de influencias, habiendo países con un fuerte acento indígena mientras hay otras que presumen su ascendencia europea.

Adela Inés González. Palabra crisálida 1 y 2


 Y si ahora vemos todo lo anterior a los ojos de la práctica fotográfica contemporánea, nos encontraremos con que es casi imposible contar con ese grupo de imágenes fundadoras de una cierta identidad o que funcionaran para hablar de una América Latina semejante, homogénea o única. Lo anterior no quiere decir que no se sigan intentando este tipo de muestras, pero apunta a que, quizás con mayor éxito, se hagan bajo temas más actuales que los de la identidad. Y la muestra de que así se podrían obtener mejor resultados, la tenemos dentro de la misma exhibición, en un apartado que ellos mismos denominaron Mujeres latinoamericanas: con trabajos de 18 personas, su objetivo es, simplemente, profundizar en la condición de la mujer en esta región del mundo. Aquí destacan los trabajos de Adela Inés González, de México, (Palabra crisálida 1 y 2), de María Solange Adum Abdala, del Perú (Honey y Navidad), y de Hugo Ángel Gómez, de Chile (dos piezas de la serie Asociación ilícita). Poco o nada tienen en común, pero al concentrarse cada una en su tema particular, hablan, en efecto, de la condición de la mujer, al menos en estos tres países que no tiene que ser la misma para cualquier otro. 

 No quisiera concluir sin mencionar el esfuerzo que significa organizar y llevar a cabo este tipo de evento que prácticamente no cuentan con un significativo apoyo estatal. Esta carencia cuestiona muchas cosas, desde luego el destino y distribución de los presupuestos públicos, pero también su contribución a la fotografía, local, nacional e internacional, desde quién y cómo participan en estas muestras, la difusión de las convocatorias, como las condiciones en que se presenta. Todos los que aquí muestran su trabajo merecerían, sin lugar a duda, una presentación más de fotografía profesional, bien impresas, bien montadas, bien enmarcadas. Entiendo que la idea de la difusión se impone y no dudo que se logre, que un san petrino común y corriente tenga la oportunidad de ver las fotografías que se hacen en Chile es un éxito sin duda. Pero igualmente debiéramos pelear por ya no hacer exposiciones pobres, a menos que creamos que esa es la condición que continentalmente nos une.

Publicado en Milenio Diario
Se puede ver también en www.artes2010.wordpres.com

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